Por Karen Núñez - @karencitanunez en Twitter
El programa de Microfranquicias de la Fundación Paraguaya busca ofrecer a personas de bajos recursos una opción válida de negocios para obtener ingresos extras. Además, se pretende mejorar la calidad de vida de los beneficiados y de sus familias a través del Semáforo de Eliminación de pobreza, otro proyecto de la misma organización, que permite a los participantes medir su nivel de pobreza (rojo es pobreza extrema, amarillo indica pobreza no extrema y, el verde, no pobreza) y trabajar en acciones para modificar los indicadores negativos.
El proyecto inició en 2012 con tres microfranquicias, pero actualmente cuenta con siete: Only (jeans y remeras), Pituka (bijouterie), Narella (lencería, ropa interior y ropas deportivas), Nutrihuevos (huevos), Helados Doña Ana, kit de limpieza y kit de lentes de lectura. Estas dos últimas son microfranquicias desarrolladas por la fundación. El compromiso desde la organización es de mejorar y consolidar el modelo e ir incorporando nuevas opciones. Es así que hay otras tres oportunidades de negocios en plan piloto: Artaza Hermanos (electrodomésticos), Heladitos Tuka (helados tipo chupa chup) y Le Chiperie (chipas).
Son casi 2.000 las mujeres beneficiadas con el programa hasta el momento. El formar parte de este emprendimiento les ha permitido incrementar sus ingresos familiares hasta en G. 1,5 millones al mes.
El gerente de este programa de Microfinanzas, Omar Sanabria, explicó en comunicación con ULTIMAHORA.COM que aunque el mismo está dirigido especialmente a mujeres de escasos recursos que forman parte de los comités de mujeres que organiza la Fundación Paraguaya, está abierto a emprendedores en general, personas de escasos recursos que quieran autoemplearse.
Los requisitos para participar son: ganas de emprender, participar de la jornada de capacitación (en la cual les enseñan a hacer un plan de negocios). Si hace falta, la persona accede a un crédito desde la fundación para poder adquirir la microfranquicia, que ya trae un plan de marketing para los productos ofrecidos. Existen microfranquicias desde 65.000 y hasta 600.000 guaraníes.
El acompañamiento de parte de la fundación, detalla Sanabria, incluye el trabajo de asesoras de comités e impulsoras que hacen seguimiento para evitar problemas y mejorar la comercialización. Esto incluye contactos semanales y visitas mensuales.
“Nuestra intención es expandir la oportunidad para quienes desean aumentar sus ingresos familiares”, afirma, e invita, a quienes lo deseen a formar parte del proyecto.
La experiencia de algunas beneficiarias
Desde la Fundación Paraguaya, nos comparten las experiencias de algunas de las muchas mujeres que hoy son parte de este programa emprendedor.
María Benegas (33 años): Posee una boutique en el barrio La Lomita (Ñemby). Conoció el programa y se decidió por la microfranquicia de las prendas Only. Comenzó vendiendo ropas en la calle, pero con su marido se animaron a abrir la boutique. Más tarde, conocer el programa de microfranquicias les permitió hacer crecer su emprendimiento.
“Es genial lo que hace la Fundación, no son muchas las organizaciones que ayudan a las personas que quieren emprender, además, depende también de cada una, si sos decidida, perseverante y no te desanimás ante las adversidades, muchas cosas podés lograr”, reflexiona.
Afirma que su principal motivación son sus hijas, de 12 y 8 años, quienes son también sus pequeñas ayudantes, y es por eso que valora la oportunidad de administrar su negocio y su tiempo: “No tiene precio estar con ellas, acompañarles en la etapa escolar, eso es lo mejor de tener tu propio negocio”.
María Cecilia Escobar (40 años): Vive con su familia en el barrio Aurora, de Limpio. Cuando su marido perdió su trabajo, pasaron momentos difíciles con la familia, pero decidieron invertir el dinero de la indemnización y abrir una pequeña despensa, que era una necesidad en el barrio.
“Hace tres meses que estoy con la microfranquicia de Nutrihuevos, fue la que más me atrajo justamente por mi despensa, pero luego vimos que podíamos quitarle aún mayor provecho”, comenta María Cecilia. Fue así que comenzaron a repartir los huevos por todo Limpio, ganando clientes y sobre todo, extendiendo el negocio.
Hoy, gracias a su esfuerzo, aparte de la despensa, su familia posee un pequeño taller mecánico y un puesto de venta de comidas rápidas.
“Es lindo ver que vas progresando, saber que diste vuelta una situación mala que resultó ser positiva, es lindo trabajar en familia, porque eso es lo que hacemos mi marido y yo, trabajar juntos, unidos, pensando en dar las mejores oportunidades a nuestras hijas”, concluye.
Olga Cirila Isidre: es una exitosa vendedora de Helados Doña Ana. Vive en el barrio Caaguy, Zona Sur de Fernando de la Mora, donde hace 10 años comenzó con el negocio de venta de comidas rápidas. Por un buen tiempo tuvo la idea de vender también helados, pero no lo había conseguido.
“Era lo que me faltaba, un gran anhelo que tenía el de vender helados, pero nadie confiaba en mí como para darme una mano, hasta que en la Fundación nos ofrecieron la microfranquicia, y me dije a mí misma que esa era mi gran oportunidad”.
Y el negocio le ha ido mejor de lo que esperaba, por lo que Olga no tiene más que palabras de agradecimiento, tanto a la Fundación como a Helados Doña Ana, porque mediante la microfranquicia, ella pudo cumplir un sueño y mejorar también sus ingresos.
Mirtha Maldonado (43 años): adquirió la microfranquicia de ventas de huevos. Su experiencia: “Siento que mi vida mejoró porque un ingreso extra puede generarte un cambio, sobre todo si lo sabés administrar, no malgastar esa platita que te sobra, lo ideal es volver a invertir y así seguir generando un cambio en tu vida y la de tu familia”.
Estela Martínez (38 años): Cuenta con mucha experiencia en venta de prendas por catálogos, lo que se ha convertido en su principal fuente de ingresos. Cuando conoció la oportunidad que le ofrecían de vender las prendas Narella, no dudó en adquirir la microfranquicia. Su dedicación y entusiasmo, además del acompañamiento de la fundación y el apoyo de su familia, son claves para su éxito. Su motivación, un mejor futuro para sus hijos: “Todo lo que hacemos es por ellos, el esfuerzo, sacrificio y dedicación, para que puedan tener una vida mejor que la nuestra y más digna”.
Francisca Rolón de Mareco (70): es una modista que vive en Villa Elisa. Su espíritu emprendedor la llevó a formar parte del programa de microfranquicias. Adquirió los productos Pituka y más tarde también las prendas Only, pero no quedó allí, ahora también tiene la microfranquicia de Nutrihuevos. Ella afirma que para llevar adelante cualquier negocio se debe tener convicción, ganas, ser persistente y no desanimarse: “Muchas veces pueden aparecer trabas, en la vida misma, pero no hay que decaer, una tiene que ser fuerte, especialmente nosotras las mujeres que así también demostramos lo capaces que somos para alcanzar logros por nuestra propia cuenta”.
Dónde obtener mayor información
Aquellas personas o empresas interesadas en el Programa de Microfranquicias pueden acceder a más información llamando al (021) 609-277 o escribiendo a microfranquicias@fundacionparaguaya.org.py.
Datos del alcance del Programa de Microfranquicias de la Fundación Paraguaya
· 1.796 microfranquiciadas
· 3.232 mujeres sensibilizadas
· 663 créditos de la Fundación Paraguaya otorgados a las emprendedoras
· 12 impulsoras contratadas para promocionar, capacitar y monitorear, en las ciudades de Asunción, Villa Elisa, Lambaré, San Lorenzo, Villa Hayes, Luque, Mariano Roque Alonso, Paraguarí, Ybicuí, Itá, Caacupé y Carapeguá.
