Cuatro días después de su fallecimiento, a los 87 años, sus admiradores se despidieron del nobel de Literatura colombiano en el céntrico palacio de Bellas Artes de la capital mexicana, un espacio reservado al homenaje de los grandes íconos culturales de México.
La familia, que ha mantenido desde el jueves un luto privado y recibido solo a contadas amistades íntimas, llevó a la ceremonia las cenizas del escritor desde su casa del sur de la capital.
La viuda de García Márquez, Mercedes Barcha, sus hijos, nietos, su hermano Jaime y otros familiares asistieron al primero de los homenajes que recibió este escritor universal, que continúan hoy en Bogotá.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, arribó a México y se desplazó al Palacio de Bellas Artes, donde dio el pésame en persona a Mercedes Barcha.
A petición de la familia, en la ceremonia se interpretó una selección de piezas de música clásica favoritas de García Márquez, entre ellas del húngaro Béla Bartók, y estuvieron muy presentes las flores amarillas que siempre tenía cerca como un amuleto contra la mala suerte.
El presidente Santos y su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, formaron una guardia de honor y ofrecieron unas palabras al cierre de la ceremonia de despedida.
García Márquez, que consideraba México su segunda patria y vivió allí en las últimas décadas, encontró en este país la estabilidad para escribir la mayor parte de su obra literaria, incluida su novela mayor, Cien años de soledad (1967). AFP