30 jul. 2025

Mario Abdo, atrapado en el laberinto cartista

Estela Ruiz Díaz

Horacio Cartes presentará mañana su renuncia a la presidencia de la República, según refieren sus allegados, y ella se trataría el miércoles en sesión conjunta del Congreso. Es el penúltimo paso para jurar como senador activo. De no lograrlo, quedará en el poder hasta el 15 de agosto y posteriormente intentará jurar ante el nuevo Senado. Allí entra en el terreno de la incertidumbre que puede terminar en fracaso como le sucedió a Nicanor Duarte Frutos, quien en el 2008 alzó orgulloso su certificado de senador, que terminó en algún cajón de su escritorio.

Hasta el momento, su hoja de ruta no ha sufrido variaciones, a pesar de haber sido derrotado en las internas: logró la designación de Sandra Quiñónez como fiscala general del Estado y luego la de la ex ministra de Corte Alicia Pucheta, como vicepresidenta, quien heredará su silla en caso de que logre su objetivo. Todo gracias al apoyo de Colorado Añetete, del presidente electo, Mario Abdo Benítez, y sus consuetudinarios aliados opositores. Con base en el comportamiento en estas votaciones, se puede colegir que la renuncia pasará el filtro.

Sin embargo, en las últimas horas, la rebelión de algunos senadores de Añetete ha modificado el tablero político generando inquietud en el Palacio de Gobierno. Eduardo Petta y Arnoldo Wiens han manifestado públicamente su rechazo a Cartes con advertencias de abandonar incluso la bancada. En el grupo de los inquietos se alistan Luis Castiglioni, cuyo voto vale doble porque arrastra a Ricardo Peralta; Cachito Salomón y Blanca Ovelar. La ex ministra de Educación es la más dura: “El tema Messer es un tema imposible de soslayar, demasiado grave, que afecta al mandatario de la Nación”.

Esta división generó nerviosismo en el cartismo, desde donde reclaman a Mario Abdo que cumpla su palabra y que controle a su bloque, deslizando un liderazgo débil, a lo que el presidente electo respondió con dureza, marcando diferencias con el unicato de Honor Colorado: “Habrá debate, tenemos una bancada con individualidades, con gente con criterio, no con gente que simplemente cumple órdenes; creo que eso es el futuro, que la democracia se construya a través del debate y del consenso, y una vez que esté presentado oficialmente la renuncia, nosotros lo analizaremos”.

Los abdistas que sí apoyan a Cartes son Enrique Bacchetta, Silvio Ovelar y Juan Carlos Galaverna.

LOS COSTOS PARA MARITO. La ANR no se cohesionó tras las elecciones. Cada grupo se posicionó en el cuadrilátero esperando dar el golpe y en un juego de toma y daca ir ganando espacios.

El presidente electo sabe que Cartes será un problema para su gestión y lo que debe decidir es si será más peligroso dentro o fuera del Senado.

En ese contexto se da el análisis en el nuevo centro de poder. Los pro-Cartes de su movimiento (Ovelar, Bacchetta y Galaverna) le señalan a Marito que Añetete legitimó la candidatura a senador del presidente y que ahora no pueden desconocerlo, pero la alerta más grave que le señalan es que no puede iniciar su gobierno con la bancada colorada fracturada porque lo debilitará al borde de la inestabilidad. También le advierten sobre el canto de sirenas de la oposición. “Ahora te van a apoyar solo porque están en contra de Cartes, pero después se van a unir a Cartes para destruirte”. Si no puedes con tu enemigo, únete a él, parece ser la premisa de este grupo, que al igual que el cartismo le aconseja que baje líneas en la bancada porque “Wiens, Blanca y Petta hablan demasiado alto y no tienen nada”.

En Honor Colorado crece la sospecha de que Marito está en la línea de los rebeldes y que a ello se debe su supuesta prescindencia. La advertencia más grave que le hacen es que si no se define y Cartes logra los votos sin su ayuda, habrá ganado un enemigo sin empezar su mandato. Un animal herido y que se sabe amenazado de muerte es el más peligroso de todos.

A su vez, el grupo anti-Cartes le alerta que el presidente le boicoteará su gobierno y que las pruebas están a la vista. Que es mejor tenerlo fuera del Congreso y que a la larga el cartismo se debilitará. Y hay ejemplos: El diputado concepcionero Luis Urbieta ya se abrió de Honor Colorado y el clan Samaniego prepara valijas. El poder de la lapicera para los caudillos es más importante que el dinero. Como enseña el cínico Frank Underwood (House of Cards): elegir el dinero en vez del poder es un error. “Dinero es la gran mansión en Sarasota que empieza a caerse a pedazos luego de diez años. Poder es el viejo edificio de roca que resiste por siglos. No puedo respetar a alguien que no entienda la diferencia”. Bajo esta premisa, es lógico pensar que algunos líderes liberales se alineen al nuevo presidente para preservar los cargos públicos de sus operadores.

Ambos grupos buscan afanosamente los votos. La batalla está en el cuórum (23).

El cartismo negocia con sus aliados naturales. Ya tiene el voto llanista y oviedista. Los dos de Avanza País no sueltan prenda, pero es casi seguro que apoyen la renuncia como pago de favores políticos: Mario Ferreiro sostiene su débil mandato gracias al apoyo del concejal cartista Hugo Ramírez; además el contralor Enrique García está con la espada de Damocles de un juicio político que quedó a medio camino.

Al cierre de este comentario, ninguna de las partes cantaba victoria.

En manos de Mario Abdo está el futuro de Cartes como senador. Sabe que será una incómoda piedra en su zapato. ¿Cartes será menos peligroso dentro o fuera del Congreso? Es la pregunta que se responderá con la decisión que tome el presidente electo.

El misterio se revelará mañana, tras la reunión de la bancada de Colorado Añetete.

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