Brumat comentó que fue Torales quien elaboró una nota para hacerle firmar a la madre de Mainumby, cuando estaba presa y sin saber de su hija, para autorizar el aborto, amenazando solapadamente con que la hija podría morir, según el relató después la madre.
Destacó que Mainumby sigue con sus actividades escolares y recibe la asistencia sanitaria, psicológica y espiritual por parte de instituciones estatales, organizaciones civiles como religiosas. La misma está acompañada de su familia y juntos cuidan a la pequeña que ya cumplió un año.
“Yo le pido a Torales que proceda éticamente y tenga la franqueza de decir que ya no tiene nada que ver con la familia y que vaya a hacer su proselitismo abortivo a otro lado”, aseveró Brumat.
Dijo que a pesar del inmenso dolor de un abuso, no se le puede causar a una niña el inolvidable traumatismo del aborto, ya que no sería la solución. “Marca una herida, pero tiene toda la asistencia profesional y familiar principalmente”, señaló.