La República en Marcha (LREM) de Macron, creado hace poco más de un año, y su aliado centrista del MoDem barrieron a los principales partidos históricos de izquierda y derecha con unos 360 escaños de 577, muchos más de los 289 necesarios para la mayoría absoluta, según las estimaciones publicadas por los institutos de opinión.
Aunque holgada, esta victoria es inferior a los pronósticos de encuestas recientes que llegaron a predecir hasta 470 escaños a los centristas.
Y además se ha visto empañada por un índice récord de abstención en este tipo de comicios, que superará el 56%, según institutos. La victoria anunciada del partido del presidente, junto con un desinterés creciente por la política, ha disuadido a muchos votantes de acudir a las urnas.
“Hace un año, nadie habría imaginado una renovación política semejante”, se felicitó el primer ministro, Edouard Philippe.
La metamorfosis en la Asamblea Nacional saltará a la vista: La mitad de los nuevos diputados no han ocupado nunca cargos electos y proceden de la sociedad civil, habrá muchos más jóvenes y mujeres, y una mayor diversidad étnica.
En opinión del profesor de Derecho Constitucional Didier Maus, “se tiró todo lo que representaba un sistema anterior y se está intentando otra cosa”. AFP