EFE
“Mañana estaremos aquí para asistir a la misa en memoria de Marisa Leticia y creo que es importante que sigamos aquí, solidarios con Lula, porque creo que él va a dormir aquí. Esa es la información que obtuve”, dijo a periodistas el exsenador Eduardo Suplicy, del Partido de los Trabajadores (PT).
Fuentes próximas a la defensa del expresidente consultadas por Efe apuntaron también que “no hay una definición final pero es muy posible que la entrega no sea hoy” y que las negociaciones que los abogados del expresidente mantienen con la Justicia durante las últimas horas se retomen mañana.
Lula, condenado a doce años de cárcel por corrupción, tenía plazo hasta las 20.00 GMT de hoy para entregarse y comenzar a cumplir la pena de 12 años que le impusieron por corrupción, pero dos horas y media después continuaba en la sede del Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, su cuna política y vecina a Sao Paulo.
El exmandatario llegó al sindicato el jueves por la tarde, tras ser informado sobre el auto de detención, y desde entonces no ha salido del edificio, que permanece rodeado por miles de militantes del PT y activistas de movimientos sociales.
El PT ha anunciado que el sábado, frente a ese mismo sindicato, será celebrada una misa en memoria de la esposa de Lula, fallecida en febrero de 2017 y quien mañana habría cumplido 67 años.
Aunque no ha sido confirmado oficialmente, otras fuentes del PT también han dicho que Lula pretende estar presente en esa misa y que además se niega a ser trasladado a Curitiba, ciudad del sur del país en la que el juez Sergio Moro, a cargo de la causa, ha dispuesto que comience a cumplir la pena.
Según esas mismas fuentes, el expresidente habría exigido que su lugar de detención sea en Sao Paulo o en la misma Sao Bernardo do Campo, donde tiene además su residencia particular.
La Policía Federal, sin embargo, ha dicho que mantiene abierto un canal de “diálogo” con el expresidente y con sus abogados, a fin de que la entrega se realice sin conflictos.