Aprovechando el talento de su madre y de su abuela, Rosa Parra Leiva decidió lanzarse al mundo comercial pese a sus 21 años de edad. El apoyo de su familia fue fundamental para dar vida a un nuevo proyecto y, a la vez, continuar con sus estudios universitarios.
Son tres generaciones las que decidieron unirse para abrir una microempresa que tiene como protagonista al crochet. Rosa Palacios de Leiva tiene 85 años (abuela), Miriam Leiva (mamá) y Rosa Parra se unieron para fortalecer lazos e iniciar un comercio juntas.
Las redes sociales son aliadas de Rosa (nieta), quien utiliza esta vía para comercializar sus bikinis de hilo, sombreros con “pompones”, almohadas coloridas y zapatillas “llenas de amor”. Las ventas están fortalecidas y la demanda de sus productos va en aumento.
¿Cómo empezó el negocio?
Todo inició cuando la mamá de la joven microempresaria le confeccionó algunas piezas de crochet para ir a ciertos acontecimientos con sus amigos. Una foto de ella luciendo un top de crochet fue suficiente para que en redes sociales nazca el interés del público.
“Mi mamá hizo ropas para mí. Me saqué una foto y compartí en redes. Minutos después mi amiga me preguntó de dónde compré; momento en que le respondí que fue mi mamá quien elaboró esa ropa. Ahí empezaron a hacerme pedidos”, comentó Rosa a ULTIMAHORA.COM.
Luego de sus primeros pedidos, que fueron hechos por sus amigas, decidió levantar a las redes sociales más fotos. Tras ello empezó a recibir más solicitudes del producto, hasta que luego de un tiempo decidió abrir una microempresa con su abuela y su mamá en agosto de 2016.
“Hace menos de un año noto que se está usando más las ropas de crochet. Es como que en otros países empezaron a usar y ahora recién se animan acá”, explicó la joven, luego de asegurar que vende un conjunto de bikinis de este tipo por día y que incluso ya le hicieron pedidos desde España.
Rosa es estudiante de Derecho de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), cursa el segundo año. Pese a tener otros compromisos, encuentra en la organización el equilibrio para las manualidades y los estudios universitarios.
LA ABUELA TALENTOSA
Doña Rosa Palacios, pese a sus 85 años, sigue más activa que nunca, con ganas de vivir y de seguir tejiendo, esta vez para ayudarle a su nieta.
“Me dedico a hacer crochet. Me siento feliz y menos estresada elaborando estos productos. Siempre hice manualidades, desde chica, todo tipo de tejidos. Ahora sigo haciendo esto para ayudarle a mi nieta”, comentó la mujer.
PRECIOS
El costo de cada producto es variado: un bikini puede ser adquirido incluso desde G. 50.000. El top tiene un precio de G. 70.000; las zapatillas adornadas de G. 70.000 a 120.000; los sombreros, G. 50.000, entre otros.
EL BOOM DE LAS REDES SOCIALES
La microempresaria de 21 años encontró en las redes sociales una manera sumamente positiva de hacer negocios. Todos los productos son fotografiados y expuestos en Facebook e Instagram, acompañados de los precios.
Funciona mediante delivery. Las interesadas o los interesados hacen los pedidos mediante las páginas o vía WhatsApp y ella se las manda con un costo adicional de al menos G. 15.000, dependiendo de la distancia a recorrer.
Esta iniciativa también va de la mano con algunas otras opciones elaboradas por Rosa, como las zapatillas con “pompones” o los sombreros coloridos para acompañar el look del verano.
“Vi muchas páginas de calzados de otros países para inspirarme y dije ‘voy a hacer uno’. Probé y forré las zapatillas y publiqué en las redes sociales. Ahí comencé a tener mis primeros pedidos”, relató.
Estos productos pueden ser encontrados en la cuenta de redes sociales como Marichin Crochet, donde seguirá ofreciendo sus creaciones pese a que para finales de este mes piensa iniciar la construcción de un salón en su domicilio para exhibir sus productos.