El pedido realizado por el concejal asunceno Carlos Galarza, de conformar una comisión vecinal en un asentamiento existente en la parte final de la calle Mallorquín, para atender los problemas de contaminación de este curso de agua, derivó en una airada queja de contribuyentes formales de este sector de la capital.
El edil sostiene en su solicitud, girada a la Intendencia, que esa gente busca trabajar igualmente en la protección de los bordes de ese afluente hídrico y que se regularice a favor de las familias que habitan esa villa lo relacionado a la tenencia de la tierra.
RECHAZO. El presidente de la organización barrial Mburicá, Teófilo Guerrero, señaló que no corresponde tal propuesta, ya que su comisión cuenta con el reconocimiento de la Comuna asuncena y que lo único que hace falta en el lugar es que las cuadrillas municipales acudan regularmente a limpiar el canal.
Asimismo, dijo que se debe terminar con la descarga por parte de la Essap de aguas negras en el arroyo, ya que ello también se suma a la contaminación que se tiene en esta área de Asunción.
Además, señaló que se precisa con suma urgencia la instalación de contenedores de gran porte para el depósito de desechos, de manera de evitar que carriteros y gente de otros barrios arroje irregularmente al arroyo sus desperdicios.
Guerrero puntualizó que la mayoría de los ocupantes del asentamiento proviene de otros sectores donde recibieron indemnización por sus mejoras y de nuevo vienen a instalarse en otro sector ribereño. “La Comuna debe hacer un censo de gente que ya fue indemnizada para evitar que la misma se instale de nuevo en otras áreas”, concluyó.