17 may. 2024

Kurusu Pablito: Cientos de velas se encienden aquí, camino al Santuario

En la ciudad de Ypacaraí, sobre la ruta 2, Kurusu Pablito recibe cada día a cientos de feligreses. Una devoción que empezó como una historia trágica y que se perpetuó con favores.

Devotos.  Decenas de feligreses en su ida a Caacupé visitan el santuario del km 42.

Devotos. Decenas de feligreses en su ida a Caacupé visitan el santuario del km 42.

Óscar Pereira, uno de los encargados del lugar, reveló que al menos el 60% de los peregrinos que van a Caacupé cada año pasan por el santuario de Pablito, ubicado en el kilómetros 42.

“Viene mucha gente. Sobre todo en esta época del año. Vienen para agradecer por los favores que recibieron, ya sea porque pudieron pasar todas sus materias en la facultad, la familia o el trabajo, entre otras cosas”, cuenta Pereira, quien es también un devoto de Pablito.

Mientras conversa con ÚH, los creyentes siguen llegando. Directamente se dirigen al pozo donde quitan el agua que consideran milagrosa. Otros eligen llegar primero hasta el altar, hay varias velas encendidas y las huellas de otras que se extinguieron.

TESTIMONIOS. Al lado de la recepción, existe una habitación que sirve para guardar los obsequios que los devotos dejan a Pablito. Peluches, juguetes de diversas variedades y tamaños ocupan varios estantes. Otros están en el piso.

“Esa es la remera que Darío Verón le dejó como agradecimiento a una promesa que le cumplió”, dice el encargado del lugar al señalar la albirroja enmarcada y firmada que está en el sitio.

La casaca del jugador de la Selección no es la única de un futbolista. Le siguen otras de clubes conocidos y no tanto. “Los juguetes que juntamos durante el año, luego los regalamos a los niños carenciados en Reyes o el 16 de agosto”, revela Óscar.

Luego de refrescarse el rostro, Ninfa Rodas cuenta que desde pequeña fue devota de Pablito. “Siempre me encomiendo a él, para la facultad o el trabajo y para mi familia. Es como mi ángel de la guarda”, dice la devota.

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