Desde el 2012, la mencionada dependencia municipal viene reivindicando nuestra rica cultura gastronómica, a través de las constantes investigaciones de Clemente Cáceres, su promotor cultural por más de 25 años.
Siguiendo la antiquísima tradición de comer jopará cada 1 de octubre, nuevamente la Dirección de Acción Cultural de la Municipalidad de Asunción pide a Clemente Cáceres que ofrezca a la comunidad asuncena variedades de este exquisito plato con el afán de espantar a Karai Octubre y con él, a la miseria.
Este jueves 1 de octubre, en la Plaza Uruguaya se ofrecerán 4 variantes:
El Jopará Kesu con poroto San Francisco, locro, abundante queso y leche, verduras y especias.
El Jopará So’o, con poroto rojo, locro, abundante carne de vaca, verduras y especias.
El Kure Jopará, con poroto negro, locro; patitas, oreja, colita de cerdo, chorizo ahumado, verduras y especias.
El Joparaite o Jopará Jopará, con poroto rojo, locro, arroz, fideo, carnes de pollo, vaca y cerdo, verduras y especias.
Por G. 10.000 se podrán servir en la plaza con todas las comodidades requeridas; los podrán llevar en sus recipientes o en envases que se prevén para el efecto.
Como todos los años, se tendrá la visita de Karai Octubre, y para esta ocasión se espera la presencia de otro personaje, pero real, porque hasta hoy hay señoras que la practican: La ancianita, colocándose en el portón de la casa, con un látigo en la mano que con su estampido, amenaza a Karaí Octubre.
Recordemos que la vigencia del Jopara Kesu no alcanza el siglo. Las más antiguas son las variantes con carne y cerdo; y el Joparaite, aún en algunos hogares de Misiones, Paraguarí y Ñeembucú se consume. Estas tres últimas clases fueron resucitadasy promocionadas gracias a Clemente Cáceres.
El 1 de octubre es el día de Karaí Octubre, legendario personaje que por siglos ayudó al campesinado paraguayo para producir y administrar mejor sus cosechas a fin de que no caigan a la carencia de alimentos esperando la cosecha de marzo próximo.
Hasta hoy la gente cree que en esa fecha, sorpresivamente se recibe la visita de un hombre vagabundo con afán de revisar la olla, que si la encuentra vacía o con poca comida, echa la maldición para que por 5 meses haya miseria y hambruna.