EFE - José Parra
Así lo dejaron claro los funcionarios, tanto paraguayos como brasileños, que recibieron este mes a la prensa para conmemorar el hito que convirtió a este gigante en la primera hidroeléctrica del mundo en alcanzar la producción de 100 millones de megavatios-hora en un año.
La antigua disputa de terrenos en el río Paraná, que actúa como frontera natural entre ambos países, hizo que ambos Gobiernos firmaran hace 43 años un tratado de integración energética para aprovechar los recursos hidroeléctricos que compartían.
Esta alianza, que resaltaba la “cordialidad” y la “fraternal amistad” entre Paraguay y Brasil, impuso que todos los documentos oficiales de Itaipú fueran redactados en portugués y español.
Pero Emilio, ingeniero júnior paraguayo en la central, rectifica esa información. “Tenemos un idioma nacional, que es el ‘portuñol’”, asegura a Efe el profesional al explicar la manera en que los empleados de un lado del río y del otro se comunican.
“Hay una armonía cultural más allá de que existan diferencias culturales”. “Compartimos trabajo, compartimos metas”, es “un país dentro de dos países”, añadió.
La fraternidad entre los 1.371 empleados brasileños y los 1.658 paraguayos de Itaipú fue demostrada una vez más este mes, cuando ambos conmemoraron juntos dos marcas: el récord del mundo de generación de energía en un año, antes en poder de la presa china Tres Gargantas, y el hito de 100 millones de megavatios hora en un año.
Todo el complejo está dividido por una línea que marca el teórico territorio paraguayo y el brasileño, una frontera anecdótica, que no interfiere en el trabajo ni en la vida de los empleados, pues para cruzar de un lado a otro no se debe pasar por la pertinente aduana cuando ya se ha pasado por el control de acceso de la propia Itaipú.
Otra división en Itaipú es la de la energía generada, que a priori se realiza a partes iguales, pero el menor tamaño de Paraguay -6,8 millones de habitantes frente a los 200 millones de brasileños-, hace que se quede solo con el 15% del total, lo que equivale al 82% de toda la energía consumida en el país.
Brasil, por su parte, acaba con el 85% de la energía de Itaipú, que supone el 18% del consumo total en el país.
Uno de los eslabones más importantes de la empresa, el superintendente de operaciones de la turbina Celso Torino, celebraba poco antes de establecer el nuevo récord del mundo que “la binacionalidad, el compañerismo entre Brasil y Paraguay, fue fundamental” para alcanzar “la producción que tuvimos (en 2016)”.
Más allá fue el director general de Itaipú Brasil, Jorge Szamek, que después de dar la enhorabuena “a los brasileños, a los paraguayos y a todos los que han contribuido”, se puso emotivo: “Me gustaría mucho poder abrazaros, uno por uno, un fuerte abrazo, tomarlos así (haciendo gesto de abrazar) a los paraguayos”.
“Lo que les quiero decir es que los amo, los amo, tengo profundo amor por los trabajadores de Itaipú Binacional”, agregó.
“Somos mucho más que una empresa generadora de energía. Demostramos que es posible construir emprendimiento con países que hablan lenguas diferentes, tienen economías diferentes y culturas diferentes”, destacó.
De esta manera terminó su discurso el líder del lado brasileño de Itaipú, uno de los dos hombres que dirige una empresa en terreno de nadie y, a la vez, de todos.