07 nov. 2025

Impulsan banco genético para identificar restos de desaparecidos

La Dirección de Reparación y Memoria Histórica (DRMH) extrajo este lunes muestras de sangre a familiares de desaparecidos durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989) para crear un banco genético que ayude a identificar los restos óseos descubiertos en los últimos años.

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Rogelio Goiburú (i), titular de la Dirección de Reparación y Memoria Histórica (DRMH), recibe la muestra de sangre de Víctor Villagra. | Foto: EFE

EFE

La DRMH volvió a impulsar esta campaña en conmemoración del Día contra las Desapariciones Forzosas, que se recuerda el 30 de agosto, explicó a Efe Virginia Urquizu, del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), organización no gubernamental que colabora en la creación del banco genético en Paraguay.

El banco genético paraguayo cuenta ya con más de 80 muestras de sangre de familiares de personas que desaparecieron durante la dictadura tras ser detenidas por las autoridades, y esperan alcanzar las 200 antes de octubre.

Las muestras se envían al laboratorio de EAAF en la ciudad argentina de Córdoba y se analizan para extraer el perfil genético y compararlo después con el de los restos humanos de posibles desaparecidos hallados en Paraguay.

Actualmente el equipo trabaja para identificar los restos óseos pertenecientes a 27 personas, encontrados en diferentes excavaciones coordinadas en Paraguay por Rogelio Goiburú, titular de la DRMH.

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La Dirección de Reparación y Memoria Histórica extrajo muestras de sangre a familiares de desaparecidos durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989). | Foto: EFE


“Los restos óseos se someten primero al análisis antropológico, que sirve para determinar sexo, edad, lateralidad, etc. Después, se toma una pequeña muestra de un hueso largo y un diente, y de ella se extrae el ADN de la persona, que es el que se cotejará con las muestras de sangre de los familiares para observar si hay coincidencias”, explicó Urquizu.

Antes de cada extracción, el equipo realiza un cuestionario al familiar donante de sangre y le pide que muestre en un árbol genealógico su grado de parentesco con el desaparecido.

Después, mediante un pequeño pinchazo en un dedo, se extrae una muestra de sangre, que está identificada con un código de barras, a fin de preservar la privacidad de los familiares de desaparecidos.

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Rogelio Goiburú, titular de la Dirección de Reparación y Memoria Histórica (DRMH). | Foto: EFE

Uno de estos familiares que decidió este lunes contribuir con su sangre al banco genético es Guillermo González, hijo de Octavio Rubén González Acosta, militante de las juventudes comunistas apresado en 1973 en la represa de Acaray, en la ciudad paraguaya de Hernandarias, y desaparecido después de ser torturado en Asunción.

“El banco genético es muy importante para que se esclarezcan tantas cosas que no se esclarecieron y que salgan a la luz las barbaridades del stronismo”, dijo González a Efe.

Otra donante de sangre es Ñasaindy Barrett, hija de Soledad Barrett, militante que luchó contra las dictaduras instauradas en los años 70 y 80 en el Cono Sur, en el marco del llamado Plan Cóndor, una operación coordinada de los gobiernos dictatoriales suramericanos de la época para reprimir a la población.

Soledad Barrett fue capturada, torturada y asesinada en Brasil en 1973, mientras que sus restos fueron enterrados en una fosa común y no han sido hallados, explicó a Efe su hija Ñasaindy.

“Venir a donar sangre es un acto de resistencia y de denuncia. Quizá en un futuro estas personas puedan enterrar los restos de sus seres desaparecidos y despedirse de ellos con mucho orgullo y con mucho honor”, añadió.

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Virginia Urquizu (i), del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), habla con Guillermo González (d), paraguayo hijo de Octavio Rubén González Acosta, militante de las juventudes comunistas. | Foto: EFE


La dictadura militar de Alfredo Stroessner en Paraguay, que fue la más larga del Cono Sur, dejó una secuela de 425 desaparecidos o ejecutados, detuvo a casi 20.000 personas que en su mayoría padecieron torturas y forzó el exilio de 20.814 paraguayos, según un informe de la Comisión de Verdad y Justicia.

La mayoría de los responsables de los crímenes cometidos por la dictadura están libres y sin haber sido juzgados, según denuncia la Coordinadora de Derechos Humanos (Codehupy).

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