Se trata de Eduardo Núñez Rojas, de cuyo poder fue incautada un arma de fuego tipo revólver, de la marca Taurus, calibre 38 milímetros, de color negro, con mango de madera, contaba con cuatro cartuchos sin percutir y uno percutido.
El hombre fue aprehendido luego de realizar un disparo al aire intencional en la vía pública, a las 14.00 aproximadamente de este martes, sobre las calles Emiliano R. Fernández y Tuyutí, en el barrio Tres Bocas, según informaron desde la Comisaría 11.ª Central. El mismo se encuentra recluido en la Comisaría a disposición del Ministerio Público.
“Los disparos al aire no se negocian con multas y toda la sociedad es potencial víctima de los disparos al aire. Por esta práctica las personas pueden ser imputadas por producción de riesgos comunes con una expectativa de pena de cinco años de cárcel”, había explicado el fiscal Emilio Fúster, de la Unidad Especializada de Seguridad y Convivencia de las Personas.
La Ley 4036/10 es la que regula el manejo de las armas y sus consecuencias. El delito de producción de riesgos comunes también comprende el portar un arma de fuego ilegalmente, como también estando bajo los efectos del alcohol.
“Pueden ser imputados desde el acto en sí, pero si el disparo de arma de fuego causa lesiones o produce la muerte, naturalmente crece la expectativa de pena”, dice el fiscal.
En caso de que ocurra un hecho más grave como resultado de haber disparado un arma de fuego al aire, como la lesión grave o la muerte de una persona, la conducta es clasificada como crimen y necesariamente el juez debe dictar la prisión preventiva.
En ese sentido, señaló que si una persona resulta muerta, el autor del disparo puede ser imputado por homicidio doloso eventual, además del mencionado delito, y se expone a penas que van desde 5 a 17 años, explicó Fúster.