Autoridades de varias instituciones del Gobierno negociaron nuevamente este lunes con campesinos de la colonia Guahory, en el distrito de Tembiaporã, departamento de Caaguazú, para llegar a un “acuerdo de paz” con el grupo.
La mesa de diálogo, implementada ya hace un tiempo, estuvo integrada esta mañana por representantes del Indert, el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, la Comandancia de la Policía Nacional, campesinos, intendentes, diputados, entre otros.
Según el vicepresidente de la República, Juan Afara, la reunión “fue interesante” debido a que ya se puede apreciar un buen diálogo —"fluido"— para encontrar una solución al conflicto, “tal como lo pidió el mandatario (Horacio Cartes)”, dijo.
“Le escuchamos a ellos y también presentaron sus propuestas. Acordamos una próxima reunión, luego ellos volvieron a la comunidad para tomar una decisión en masa luego de hacer una asamblea”, refirió Afara en conferencia de prensa.
PROPUESTA. La propuesta del Gobierno fue la revisión de las tierras de la colonia en cuestión, revocar la superficie a favor del Estado para reubicar a los labriegos en las tierras que pertenecen al Indert y adquirir nuevos lotes mecanizados, ubicados en San Joaquín, donde se pueda construir una “colonia modelo”.
Explicaron que pretenden adquirir unas 1.300 hectáreas donde los campesinos puedan vivir bien y la tierra esté acorde para generar una buena producción mientras las recuperables son unas 700, remarcó el corresponsal de ÚLTIMAHORA, Robert Figueredo.
El objetivo, dijeron, es que los sitios cuenten con los servicios básicos, tal como lo solicitó el presidente de la República, reiteraron.
“Hay predisposición” de campesinos para llegar a un acuerdo. Queremos la paz entre paraguayos. A algunos sectores que contaminan esta problemática social les pedimos que se alejen. Estamos con las puertas abiertas para reiniciar el diálogo cuando ellos tengan respuesta”, mencionó.
El caso. El 15 de setiembre pasado unas 200 familias campesinas fueron desalojadas de la colonia de manera agresiva y perdieron todo lo que tenían.
El operativo, que movilizó a 1.200 efectivos de la Policía Nacional, estuvo encabezado por los fiscales Alfirio González y Alfredo Mieres.
Las familias hoy están apostadas bajo carpas en predios de capillas y escuelas, dentro de la colonia.