Este experimento se realizó en el marco del trabajo final que el universitario debe presentar para recibirse de arquitecto. Ríos –a modo experimental– preparó bloques de cemento con botellas de vidrio y los llevó al laboratorio de la Facultad de Ingeniería para poner a prueba su teoría.
“Comprobé que las botellas sí son capaces de resistir cargas muy pesadas, incluso, más que un muro de ladrillo convencional”, resaltó el universitario que más tarde amplió el experimento materializándolo en un muro que se complementa con un lavadero y lo levantó con ayuda de vecinos.
“Las botellas de vidrio como materiales alternativos para la construcción son espectaculares por su resistencia. Además de ser económicos, con su utilización en la construcción estaremos ayudando al medioambiente reutilizando las botellas”, resaltó Ríos.
Las personas –indicó el estudiante– pueden reunir las botellas por un tiempo y luego construir un muro o una casa entera si quieren.
“Hice un estudio a nivel internacional, latinoamericano, y a nivel nacional. Hay un palacio en Tailandia completamente de botella de vidrio. En Sudamérica se usa mucho en comunidades precarias”, señaló Ríos.