Los enfermos depositados en camillas en los pasillos es un panorama que se ve constantemente en la Unidad de Emergencias del Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS). Los pacientes adultos están hacinados y quedan internados hasta un promedio de siete días en el estrecho corredor, para luego ser derivados a un servicio privado o llevados a las salas de internaciones del Hospital Central, todo dependiendo de la disponibilidad de espacio. Esta es una historia que se repite desde hace años.
La fila de enfermos agolpados unos detrás de otros es el paisaje en Emergencias de la previsional que recibe un promedio de 400 pacientes los fines de semana y 150 por día, cifras que inciden en la sobrecarga del servicio.
El IPS tiene tres contratos de tercerización de camas clínicas con el ex Sanatorio Americano, San Sebastián y el Hospital del Corazón, que suma cien disponibilidades, más un convenio con el Hospital Militar Central con una disponibilidad de 20 camas, para casos clínicos. Pese a este servicio tercerizado, los pasillos siguen atestados.
El gerente de Administración y Logística, Armando Rodríguez, señaló que la situación de internación en los corredores no es de exclusiva disponibilidad de camas, sino que se deben a varios factores.
“Hay casos en que la persona tiene que ser llevada a la unidad de terapia o a otra de los servicios del Hospital Central, y otros casos donde la presencia de una persona en urgencias no amerita la internación, sino un proceso de observación. Por eso ocurre que la urgencia siempre está con mucha gente”, explicó Rodríguez con relación a los factores que inciden en la sobrecarga del servicio de emergencias.
“El servicio del Hospital Central deriva dependiendo de la disponibilidad de camas”, explicó. Los servicios tercerizados generalmente están rebasados.
QUEJAS. Los asegurados denuncian que el panorama es desolador porque por un lado, se hacen trabajos de reanimación, y del otro, ocurren fallecimientos. Los pacientes son mezclados entre personas traumatizadas, con enfermedades respiratorias y otros en recuperación.
La falta de disponibilidad de camas en el edificio del Hospital Central es la causa del colapso del servicio. La situación de calvario de los familiares de pacientes de cuidar al enfermo en el pasillo, se suma a la falta de medicamentos e insumos, que incide en gastos tanto en alimentos como insumos médicos.
El centro de referencia cuenta con más de 1.000 disponibilidades para internación, pero no da abasto. El déficit en todo el servicio es de mil camas. “No ha cambiado nada urgencias, está sobrecargado totalmente. Hay camillas por todos lados, no hay disponibilidad de camas”, comentó el licenciado Gustavo Arias, del Sindicato de Enfermería del Instituto de Previsión Social (Senips). El gremio de enfermeros denuncia constantemente la situación de precariedad laboral en el principal hospital del IPS.