¿A qué llamamos rico? A lo que era Zaqueo: un hombre excesivamente adinerado para la pobreza indecible que le rodeaba. Poseía riqueza conseguida explotando o robando. Y se sintió atraído por la vida de Jesús.
En Roma los primeros cristianos llegaron hasta la casa del emperador. Pero, les atraía la vivencia de Jesús en las primeras comunidades de esclavos o libertos pobres.
En Paraguay (no me refiero a la clase media con plata) están los multimillonarios narcos, sojeros, latifundistas de centenares de miles de hectáreas, dueños de conglomerados de empresas multinacionales, políticos asimilados a ellos, etc… Con un origen y crecimiento rápido del poder económico por el robo y la explotación.
¿Qué les puede atraer de Jesús a estos dueños del país por su acumulación excesiva de riqueza en una nación como Paraguay, que está entre las más empobrecidas de América Latina?
La mejor repuesta la encuentro en el teólogo J.A. Pagola: “Jesús es sincero: la vida de quienes son esclavos del dinero son vidas perdidas, vidas sin verdad, vidas sin justicia y sin compasión hacia los que sufren”.
“Pero, Jesús también los ama . No quiere que ninguno de ellos, como seres humanos, fracase para siempre. Todo rico que quiera entrar en su mundo, experimentará su fuerza salvadora”.
¿Y qué es entrar los ricos en el mundo de Jesús?
Esencialmente es compartir lo que tienen con los pobres. Es la única “inversión cristianamente rentable” que pueden hacer con sus bienes en esta vida.
Jurgen Moltmann insiste: “Los ricos solamente pueden recibir ayuda de Jesús cuando reconocen su propia pobreza y están dispuestos a entrar en la comunidad de los pobres. Especialmente de aquellos a quienes ellos mismos han empobrecido”.