24 abr. 2024

El deporte de la paciencia

Como competencia, pasatiempo o con fines de subsistencia, la pesca es una actividad humana que convoca a adeptos de todas las edades y géneros. Nos adentramos en el mundo de quienes la realizan como competencia deportiva, para conocer un poco más de esta relajante actividad.

pesca

Paciencia. Es lo que hay que tener, y abundante, para ser un pescador inveterado. Es la descripción que hace Sabadino Bonnín, una persona que hizo de la pesca su pasatiempo favorito hace seis décadas, cuando contaba con ocho años de vida. Hoy es el gerente de la Asociación de Caza y Pesca del Paraguay (APCP) y voz autorizada para hablar de esta actividad.
La APCP es en realidad un club, uno de los varios que existen en el país y que tienen a la pesca como actividad deportiva principal. Sus asociados participan en competencias internas, en las que enfrentan al club al que pertenecen con otras instituciones del área metropolitana y del resto del país.
¿Qué se necesita para ser un pescador deportivo? No se requiere de ninguna preparación física especial, sino solamente poseer muchas ganas y la ya consabida paciencia. En cuanto a la indumentaria, tampoco hay exigencias rígidas. “Se puede pescar en shorts”, bromea Bonnín.
Y es que cada aficionado puede recurrir a las prendas que le resulten más cómodas, aunque vale aclarar que en las competencias oficiales se exige que cada competidor vista una gorra con un logotipo que identifique al club al que pertenece.
Supervivencia y diversión
Los seres humanos se dedican a la pesca desde la prehistoria, ya que esta fue una de las primeras actividades del hombre. Con el tiempo, la evolución de las técnicas pesqueras la convirtió en una actividad con fines comerciales y, paralelamente —como ocurrió con otras labores realizadas por necesidad—, se desarrolló como actividad lúdica.
En la actualidad todavía persisten esas diferentes formas de pesca. La de subsistencia es la que hacen los pescadores ribereños y es para el consumo familiar. Además, está la que se realiza con fines comerciales, con redes, espineles u otra herramienta, en la que las piezas atrapadas son destinadas a la venta.
La que se realiza con fines recreativos se conoce como pesca deportiva y también está la pesca deportiva competitiva. “La pesca deportiva en sí es la actividad que realiza la mayoría de la gente cuando sale a pescar un sábado o un domingo (o cualquier otro día), sin tener en cuenta ningún reglamento. No es ninguna competencia y la llamamos pesca de olla, o solo pesca olla, popularmente. Las presas pueden llevarse a la casa para consumirlas, o bien ser devueltas al río”, explica Carlos González Cabello, titular de la Federación Paraguaya de Pesca Deportiva.
La pesca deportiva competitiva sí se realiza en el marco de un cuerpo reglamentario; puede ser de costa —también llamada de playa—, o embarcada, en deslizadora. También existe una modalidad llamada de canoa, la que, como su nombre lo indica, se practica en ese tipo de embarcación, impulsada a golpes de remo. Esta última no forma parte de la pesca deportiva competitiva en el Paraguay.
Pasión sin medidas
En las competencias, las medidas de las piezas ya no son tenidas en cuenta, ya que deben ser devueltas al agua. Esto ocurre en Paraguay desde 2007. “Al principio esto fue resistido por los competidores, pero al final fue aceptado e incluso se eliminaron las denuncias de trampa, porque solo se considera a los ejemplares vivos”, aclara González Cabello.
Actualmente en el país se privilegia la competencia con devolución y la que se realiza con caña de pescar; las carnadas deben ser naturales. La pesca con señuelo está prohibida, porque las disposiciones legales establecen que solo se puede utilizar un anzuelo, y esta modalidad incorpora hasta nueve.
Al agua de vuelta

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En todos los casos, cabe reiterar, los peces deben estar vivos y son devueltos después de ser contabilizados. Sin embargo, siempre hay un porcentaje que no sobrevive. Los peces que mueren apenas son sacados del agua son los de escamas, como la corvina o la sardina, mientras que las de cuero, como la raya, el surubí o el mandi’i (la familia de los bagres) tienen un índice de supervivencia superior.
Las presas capturadas, aun cuando mueren, tienen que ser retornadas al río. Preguntamos si esto no ha acarreado problemas con la Sociedad Protectora de Animales, a lo que Bonnín responde que las piezas muertas “no se pierden finalmente, sino que se reciclan como alimento de otros peces”.
Por otra parte, la pesca con mosca prácticamente no tiene adeptos, ya que no ha dado resultados en los ríos de Paraguay. Sin embargo, la federación no descarta que en algún momento esta modalidad llegue a tener su propio calendario de competencias en el país, habida cuenta de que otras organizaciones sí poseen esta categoría entre sus disciplinas.
Existe una preocupación entre los deportistas, una que va más allá de su jurisdicción. “La Seam no realiza ningún control y hay quienes depredan el río. Por ejemplo, los que pescan con redes deben usar mallas con aberturas de 10 centímetros, pero acá se usan las de cuatro centímetros, y atrapan hasta a las crías”, se queja Bonnín. La queja también se hace extensiva a las vedas y a las medidas mínimas que debe tener cada pieza atrapada, también letra muerta para algunos pescadores y para las autoridades encargadas de fiscalizar la práctica.
Organizados
La Federación Paraguaya de Pesca Deportiva fue fundada el 5 de setiembre de 1956, y su reglamento es más estricto que las normas establecidas en la Ley de Pesca, porque todas las justas son con devolución de las piezas. “Absolutamente nada se retira del lecho natural de los peces”, asegura González Cabello.
Esta entidad no es solo de pesca, sino también de lanzamiento. Este consiste en arrojar la plomada —con la caña— para que caiga en un perímetro determinado. Las modalidades son tres y se denominan casting, long casting y casting libre o distancia pura. En esta actividad no se “pesca"; es decir, no tiene como finalidad la obtención de piezas.
La federación nuclea a cuatro asociaciones, que se asientan en otras tantas regiones del país: la Asociación de Pescadores de la Ribera del Paraná (Encarnación y alrededores), la Asociación de Pescadores del Ñeembucú (Pilar y alrededores), la Asociación Paraguaya de Pescadores del Este (Ciudad del Este y alrededores) y la Asociación Metropolitana de Pesca Deportiva (Asunción y Área Metropolitana).
Además de la APCP, en el área metropolitana se dedican a este deporte otras siete instituciones: Deportivo Sajonia, Club Nacional de Regatas El Mbiguá, Martín Pescador, Ytororó Country Club, el Club Internacional de Tenis, el Club Copa Puku y el Club de Pesca Guyratĩ (de San Lorenzo).
Por supuesto, hay categorías cuando de competir se trata y están divididas en cadetes: infantil, juvenil, mayores y senior. En la primera participan aficionados de cuatro a siete años; la siguiente incluye a los que tienen hasta 14; la juvenil, hasta 21 años, y a partir de esa edad ya se incorpora a los pescadores mayores; los que tienen 55 años y más pertenecen a la clase senior. Existe también una categoría para mujeres.
¿Es recomendable que la gente se dedique a esta actividad? “Por supuesto. Es un deporte sano, y quienes lo practican lo encuentran relajante”, afirma con convicción Bonnín. De que es saludable no puede haber muchas dudas, ya que sus aficionados deben ser realmente “pacientes”. Es cuestión de tomar una caña de pescar y salir a comprobarlo.

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Para navegar
Una embarcación con un motor pequeño, de 25 hp, cuesta entre G. 5 y G. 10 millones; uno de porte medio, entre G. 25 y G. 30 millones; un motor nuevo de gran porte, de 90 hp, tiene un costo aproximado de USD 15.000 y, si se le agrega la deslizadora, el precio puede ascender a los USD 20.000.

Así se gana
En los torneos, las calificaciones se hacen por cantidad de piezas. Se permite atrapar hasta 10 presas, que deben estar vivas; cada especie tiene su puntaje. En la modalidad de playa también se considera el tamaño, que otorga un punto adicional por cada centímetro.

Más ciudades
La actividad competitiva no se limita a Asunción, Encarnación, Pilar y Ciudad del Este. Otra localidad ribereña que no está afiliada a la Federación Paraguaya de Pesca Deportiva es Concepción, que tiene clubes de pesca y una antigua tradición en la actividad. En este momento se encuentra gestionando su ingreso a la entidad. Otro tanto ocurre con los pescadores deportivos de Coronel Oviedo.