26 abr. 2024

Desgaste de los partidos tradicionales

Los países democráticos cada día exigen más vivencia de la democracia, pero al mismo tiempo denuncian cada vez más el desgaste de los partidos políticos en ella.

Ignacio Ramonet en su artículo de Le Monde Diplomatique del jueves 4 da las señales de todo esto en Francia.

Desde hace sesenta años para la segunda vuelta en las elecciones siempre estaban presentes el partido del general De Gaulle (bajo diversas siglas) o el socialista o los dos. En las elecciones del domingo ninguno de ellos estuvo. Fueron otros. El que ganó las elecciones (En Marcha, de Macrón, y Frente Nacional, de Marine Le Pen.

Particularmente, fue desastrosa la derrota del partido socialista en la primera vuelta con solo el 6,36% de los votos después de una campaña, para Ramonet, “desastrosa, garrafal y errática”.

Influyen en estos resultado que Francia es un país traumatizado por la crisis social y los atentados yihadistas. Pero fue una sorpresa el rechazo “a lo de siempre” y este hecho constituye “un verdadero seísmo político” (Ramonet) .

La pregunta es ¿por qué este desgaste generalizado en casi todos los sistemas que llamamos, con muchas variantes, democráticos?

Este desgaste de los partidos tradicionales políticos, también, sucede en el Paraguay. Y me atrevo a poner algunas ideas para el debate.

Me parece que entre nosotros es por el alejamiento de estos partidos de la realidad del pueblo. Ignoran las palabras sabias del papa Francisco: “La patria, primero; luego, el partido”.

Este alejamiento es particularmente peligroso en tiempo de tan grandes cambios en las sociedades y con la inmovilidad de los partidos políticos, encerrados en su propio bien.

Los cimientos de la casa se deslizan hacia delante, pero las paredes y el tejado de la casa se empeñan en no moverse. Un día se desplomarán al no tener nada debajo.

Lamentablemente, los dos partidos tradicionales en el Paraguay ni se enteran. Llevan 40 años atrasados.

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