ENCARNACIÓN
Con su canasta de mimbre y sus facturas y pastafloras recorre las calles de la ciudad de Encarnación, todos los días, vendiendo y explicando que lo que se recauda es para poder ayudar a más jóvenes que están tratando de salir del mundo de las drogas, como él lo logró.
Héctor Flores, es un joven de 28 años que consumía todo tipo de drogas, desde muy joven, marihuana, cocaína y crac y cola de zapatero. Hoy, se lo puede ver vendiendo facturas por localidades del interior del Departamento de Itapúa, sobre todo por las Colonias Unidas, reuniendo el dinero de las ventas para poder ayudar a solventar los gastos del Centro de Adicciones en la ciudad de Encarnación, que es el lugar donde encontró refugio y desde hace dos años logró no consumir más drogas.
“Es sencillo, nada complicado, tuve la oportunidad de conocer a Cristo y a él me uní, con fe y voluntad, y hoy veo la vida de manera distinta, hoy existe un sentido y por el momento es poder ayudar a este hogar que me permitió recuperar mi vida”, manifestó Héctor.
MUCHA DROGA EN LAS CALLES. No tiene recuerdos muy felices de su reciente paso por el oscuro mundo de las drogas, y manifiesta estar muy preocupado por el alto consumo y el fácil acceso que tienen hoy los jóvenes al mundo de las drogas.
“En las calles hay mucha droga, mucho más que antes y los chicos con poco dinero ya pueden acceder, la tentación ocurre todos los días en plena vía pública”, relató.
Fueron noches de hambre y frío, muchas y seguidas ya que desde los 12 años que empezó a consumir, y su vida ha sido un infierno.
“Yo vine desde Asunción, hoy le pido a la ciudadanía que nos ayude comprando estos elementos, hay muchos jóvenes que en la actualidad en el centro de rehabilitación se están recuperando y quieren salir, unos 15 aproximadamente que lo están intentando con todas sus fuerzas”, destacó Héctor.
“Yo volví a nacer, tuve la oportunidad y la suerte de encontrar a Cristo y salir de las drogas, yo estoy sano y limpio, yo hoy no gano plata, me estoy ganando un lugar en el cielo con lo que hoy estoy haciendo por mis hermanos. Se puede salir de las drogas , si uno se propone y conoce a Dios, se puede salir”, indicó.
Concluyó diciendo que “si no tenía la oportunidad de salir y tener una nueva vida, hoy estaría en la cárcel o en el cementerio”, dijo.
Héctor ya es un joven conocido por la sociedad en general. Para trasladarse hasta las Colonias Unidas, algunos choferes de colectivo le cobran el pasaje, otros no, tiene su clientela conformada y con el paso del tiempo se va ganando clientes nuevos, porque saben que el dinero es por una buena causa. “Yo soy el ejemplo, Dios hasta resucitó muertos, ¿cómo no iba a salir de esta locura con su compañía?”, reflexionó.