Desde que se volvió común interactuar a través de las redes sociales, pocas veces hemos visto que la indignación y la condena ciudadana que genera un hecho se trasladen a la vida real por medio de acciones concretas.
Pero en estos días está sucediendo y es vivificante constatarlo. Unas 10 organizaciones de la sociedad civil vinculadas con los derechos de la infancia se juntaron la semana pasada, sensibilizadas por el terrible caso de la adolescente criadita de 14 años muerta a golpes por su patrón, en Vaquería.
Además de la crueldad del hecho, el caso también significó una triste constatación: que las instituciones del sistema de protección de los niños no funcionan o andan a medias y, más preocupante aún, la práctica del criadazgo continúa plenamente vigente.
Las organizaciones y personas individuales que son referentes en el área de los derechos del niño y adolescente, como Rosa María Ortiz, hasta hace poco relatora sobre derechos de la niñez de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), no se quedaron con el acostumbrado posteo condenatorio de un hecho dramático, lacerante, injusto e inhumano. Se unieron e instalaron el tema de fondo, en este caso, la vulnerable situación de la infancia en el país. Se comprometieron a realizar movilizaciones y acompañar el proceso para que el caso de la criadita no quede impune.
Se propusieron seguir hasta demostrar qué instituciones incurrieron en omisión e ineficiencia en general, y se corrijan estas debilidades.
Así ya estuvieron en un acto el viernes, en el microcentro de Asunción y acompañaron a los vecinos, familiares y autoridades locales de Vaquería en los actos de protesta el lunes, frente a la Fiscalía que investiga el caso, y ante la institución, donde la tutora de la niña asesinada sigue trabajando como si nada hubiera ocurrido. Las actividades cobraron cuerpo en el mundo real tras convocarse a través del mundo virtual, y volvieron a tener repercusión en las redes sociales, por un natural proceso de retroalimentación entre estas plataformas y los medios de comunicación convencionales que se ocuparon de los actos y denuncias realizadas.
Como primeros resultados, la Fiscalía analiza cambiar la carátula del expediente y ampliar la imputación. La Municipalidad de Vaquería se plantea crear un efectivo sistema de protección integral de los niños y adolescentes.
Se imaginan si todos los reclamos ciudadanos fueran así. El Paraguay comenzaría a cambiar. Las autoridades no seguirían tan cómodas ante temas como la inseguridad, la falta de transporte público los fines de semana y en horario nocturno; la penosa atención en IPS y en los hospitales públicos, o la impunidad que alimenta a la corrupción de tantos servidores públicos.
