El servicio de emergencias de adultos así como de pacientes pediátricos coordinaron las atenciones de urgencias con las diferentes cátedras y servicios, debido al posible aumento de complicaciones clínicas como: cuadros febriles, intoxicaciones alimentarias, intoxicaciones etílicas, descompensación diabética o crisis hipertensiva durante esta Semana Santa, según experiencias de años anteriores.
Un equipo multidisciplinario de profesionales médicos en clínica médica, cirugía general, otorrinolaringología, oftalmología, traumatología, urología, gastroenterología, endoscopía y radiología estará dispuesto para las atenciones, aseguraron desde Clínicas.
De la misma forma, garantizaron la cobertura para pacientes internados en las diversas cátedras y servicios del hospital; así como las Unidades de Terapia Intensiva de adultos, niños y neonatales contarán con personal asistencial necesario.
Recomendaciones. La doctora Karina Rivarola, médica de guardia del Servicio de Emergencias, resaltó la importancia de una alimentación sana en Semana Santa, puesto que las personas tienden a comer en mayor cantidad y frecuencia, sobre todo las comidas tradicionales como la chipa y la sopa paraguaya.
Estos alimentos presentan alta concentración de sodio, grasa y carbohidratos, por ello son frecuentes las descompensaciones y problemas gastrointestinales en pacientes con patologías de base, como los diabéticos, hipertensos y cardiacos.
“Generalmente estas fechas vienen acompañadas de excesos alimenticios, por lo que recomendamos consumir de manera moderada los alimentos elaborados en estos días, es decir, cuidando la cantidad a ingerir y evitando los excesos”, asintió la profesional.
La recomendación va dirigida a la población en general, especialmente a aquellos pacientes con patologías en tratamiento, a tomar los recaudos necesarios en cuanto a alimentación, de modo a evitar recaídas, atendiendo también el consumo excesivo de bebidas alcohólicas.
Ayuno. Los niños no deben ayunar y se recomienda a los padres que eviten en los niños el consumo de comidas chatarra y altas en calorías. En cuanto a los platos tradicionales como la chipa, los profesionales recomendaron que se ingieran con moderación, siempre y cuando el menor haya cumplido al menos el primer año de vida, ya que los principales ingredientes de la tradicional chipa son ricos en calorías y grasas de origen animal.