EFE
El “detector de frescura”, como es llamado por los propios diseñadores, es un aparato electrónico de mano que evalúa el estado de la carne y el pescado para determinar si puede ser comprado o cocinado, empleando para ello un sensor utilizado anteriormente en tecnología aeroespacial.
El utensilio, conectado vía bluetooth al móvil, detecta la presencia de amoniaco y otros componentes orgánicos para determinar la actividad bacteriológica del alimento. Una vez obtenido el resultado, este se envía al móvil dictaminando si es posible cocinarlo y comerlo.
Niu Ye, uno de los ingenieros encargados del diseño del producto, afirmó que el utensilio puede ser utilizado con cualquier tipo de carne, incluyendo cerdo, pollo o incluso pescado.
El producto podría ser especialmente útil para los consumidores en negocios sin licencia, muy común en las áreas rurales del país asiático.
Este es uno de los primeros aparatos de este tipo desarrollado por los ingenieros aeroespaciales de CASIC, que pretenden masificar el producto en el mercado nacional chino.