MBUYAPEY - Enviada Especial
El programa Coordinadora Ejecutiva para la Reforma Agraria (Cepra) es uno de los más lesionados en el proceso de adjudicación de viviendas sociales a familias de escasos recursos y en situación de extrema pobreza.
La ilusión que nació en el 2009 dejó rastros de desilusión y despilfarro de manera extraordinaria. Las cámaras de ÚH testifican cómo las familias viven en la frustración de lo que hace 5 años les prometía una mejor condición de vida.
De las 1.400 viviendas proyectadas 882 son irrecuperables, confirmó a Cristina Quiroga, directora general del hábitat de Senavitat, luego del recorrido de ÚH por los asentamientos de Mbuyapey, Departamento de Paraguarí.
Si bien Quiroga no quiso entrar en cálculos, indicó que 50% de anticipos recibieron los proveedores para el proyecto mencionado.
Quiroga no confirmó el precio de cada vivienda, pero una fuente de la misma institución reveló que G. 36 millones costaba cada casa. De esta forma unos USD 3,6 millones se perdieron por la inoperancia que truncó el sueño de familias extremadamente pobres.
Delfín Ruiz Díaz, del asentamiento San Francisco, señaló que para 57 familias se entregaron 50 bolsas de cemento, 350 varillas, 70 puertas, algo de arena y 3 toneladas de triturada. “Dieron 500 ladrillos por familia”, dijo al recordar que los materiales se fueron perdiendo en el tiempo.