WASHINGTON - EEUU
Un centro de estudios ruso controlado por Vladimir Putin desarrolló un plan para favorecer una victoria de Donald Trump en la elección presidencial del año pasado y minar la fe de los votantes en el sistema electoral, dijeron a Reuters tres funcionarios estadounidenses actuales y otras cuatro fuentes.
Las fuentes describieron dos documentos confidenciales del centro de estudios que daban un marco y razones por las que las agencias de inteligencia estadounidenses concluyeron que se produjo un esfuerzo ruso para interferir en las elecciones del 8 de noviembre. Funcionarios de inteligencia accedieron a los documentos, preparados por el Instituto de Estudios Estratégicos Ruso con sede en Moscú, tras la elección. La entidad es liderada por ex funcionarios de inteligencia rusos nombrados por la oficina de Putin.
PROHÍBEN ACCESO. Las fuerzas militares continuaban impidiendo ayer el acceso a la zona del distrito afgano de Achin, donde hace 6 días EEUU lanzó una megabomba contra un bastión de los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI). Según las fuerzas estadounidenses desplegadas en el país bajo mandato de la ONU, se están llevando a cabo “evaluaciones” en la zona donde cayó la bomba GBU-43, la más potente del arsenal convencional del país norteamericano.
Los medios, no tienen acceso al lugar del impacto, alimentando las incógnitas sobre el efecto real de la bomba que según el balance oficial dejó 96 yihadistas muertos pero ninguna víctima civil.
La población y las fuerzas afganas también tienen prohibido entrar en la zona, vigilada por fuerzas estadounidenses. Ahmad Jan, un habitante de Achin que huyó de la región con su familia en dirección a Jalalabad, la capital provincial, antes de que cayera la bomba explicó que no tiene noticias de sus familiares. “Nadie puede ir, han bloqueado totalmente el acceso. No sé si mi casa ha sido destruida. No me han enseñado ni un solo cuerpo”, dijo.
tiempo. Según el general jubilado y experto militar Atiqullah Amarjail, el ejército estadounidense necesita probablemente tiempo para analizar el impacto y recoger los restos de la bomba, de seis metros de largo y cargada con 9 toneladas de explosivos. “No es un bomba cualquiera. Lleva explosivos especiales, que se pusieron a prueba por primera vez en una zona montañosa. Creo que los expertos estadounidenses están trabajando en el terreno para evaluar los efectos y el impacto”, señaló.