Valenzuela confirmó que desde las 12.00 se abrirán las puertas del estadio y la celebración está marcada para las 16.30. El ingreso será por orden de llegada.
“Esperamos a unas 60.000 personas dentro del estadio. Las personas que no puedan ingresar podrán seguir la celebración en las avenidas aledañas por medio de pantallas gigantes. Les invitamos a todos a preparamos con fe. La Iglesia paraguaya recibe a su primera mujer beata, quien será la patrona de los maestros y estudiantes”, dijo en conferencia de prensa.
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Desde la organización también invitaron a los jóvenes que deseen ser voluntarios durante el evento a que se acerquen a sus parroquias para informarse.
María Felicia de Jesús Sacramentado será beatificada el próximo 23 de junio, luego de que el Vaticano reconociera un último milagro atribuido a su intercesión. Ella será la primera mujer paraguaya en estar a un paso de la santidad.
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El presidente de la República, Horacio Cartes, declaró de interés nacional la ceremonia de beatificación de Chiquitunga.
¿Quién fue Chiquitunga?
María Felicia Guggiari Echeverría, conocida como Chiquitunga, nació en Villarrica el 12 de enero de 1925. A los 14 años se unió a la Acción Católica y trabajó en la catequesis de niños, jóvenes trabajadores, universitarios con problemas y, además, con los pobres, los enfermos y los ancianos. Sus trabajos fueron realizados en Villarrica y Asunción, según la web católica Aci Prensa.
El 14 de agosto de 1955, a la edad de 30 años, respondió al llamado que Dios le hizo para ingresar a la vida contemplativa en el Carmelo de Asunción.
El sitio Corazones.org recoge el testimonio de las madres carmelitas descalzas de Asunción, quienes recuerdan que “en los cuatro años que la querida hermana vivió entre nosotras, se caracterizó por su gran espíritu de sacrificio, caridad y generosidad, todo envuelto en gran mansedumbre y comunicativa alegría”.
Murió a los 34 años, el 28 de marzo de 1959, tras internarse en un hospital durante poco más de un mes debido a una hepatitis que contrajo. Aseguran que sus últimas palabras fueron: “Papito querido, ¡qué feliz soy! ¡Qué grande es la Religión Católica! ¡Qué dicha el encuentro con mi Jesús! ¡Soy muy feliz!” y “Jesús te amo. ¡Qué dulce encuentro! ¡Virgen María!”.