Juan Emmanuel Cardozo Vargas nació hace seis meses de forma prematura, con hidrocefalia, hemorragia intraventricular y un quiste en el cerebro. Su pronóstico médico no era el más esperanzador con 1,100 kg y dos meses en terapia intensiva. En los últimos días su estado de salud ha dado un giro milagroso por intercesión del siervo de Dios Julio César Duarte Ortellado, cuenta su padre, Juan Cardozo.
El pequeño Juan Emmanuel debía pasar por una intervención quirúrgica en el Hospital de Clínicas, pero su operación se pospuso durante dos meses. En ese lapso y con la desesperación a cuestas, sus padres visitaron a una devota del siervo de Dios Duarte Ortellado. La señora pidió a los padres que recen y pidan la intercesión de él para que su hijo mejore.
Los padres iniciaron una cruzada de oración diaria. Cada día, puntualmente, a las 15.00 rezaron por la salud de Juan Emmanuel. “Le iban a colocar una válvula que cuesta G. 5.000.000 y yo tenía G. 30.000. Estábamos desesperados y nos fuimos junto a la señora que nos propuso rezar al padre Julio para que se sane. Nunca escuché nada del padre Julio”, relata Cardozo.
Los médicos de Juan Emmanuel solicitaron nuevos estudios para operarlo, pero los exámenes revelaron que la hemorragia y el tumor desaparecieron y que la hidrocefalia se compensó.
Duarte Ortellado tiene que ser santo, según los padres de Juan Emmanuel. “Es un milagro, tengo toda la documentación que respalda su estado de salud desde la A hasta la Z. Soy un devoto del padre Julio, tengo su calcomanía en mi camioneta. Reparto estampitas suyas a quien quiera. Él obró en la salud de mi niño”.
El bebé, sus padres y la vecina que oró por Juan Emmanuel visitaron la iglesia del padre Julio en Ybycuí hace unos días para agradecer al siervo de Dios por el milagro.
Santiago Caballero, de la Hermandad Padre Julio César, sostiene que el caso será comunicado al obispo Joaquín Robledo, responsable de la causa de beatificación del religioso paraguayo nacido el 12 de abril de 1906 en Caazapá por el caso de Thiago Valentino, el niño que sufría afección cardiaca y se recuperó.
El padre del bebé quiere ayudar para que Duarte Ortellado llegue a los altares. El sacerdote Julio se ordenó en Roma en 1929. Luego de bendecir las naves Humaitá y Paraguay regresó al país en 1931 como capellán de ambas embarcaciones. Luego se trasladó a Caazapá. Un tiempo estuvo como cura párroco de la Catedral de Villarrica, luego volvió a Ybycuí, Quyquyhó y Mbuyapey. Murió en 1943, a los 37 años, a causa del tifus.
Para lograr la canonización, el padre Julio debe ser declarado venerable. Podría ser beatificado, si se prueba la existencia de un milagro por su intercesión y cuando se le atribuya un segundo milagro, llegaría a la canonización o a la declaración de santidad. Paraguay tiene un solo santo, San Roque González de Santa Cruz.