19 abr. 2024

Así se ocultó en Paraguay el papá del vicepresidente ecuatoriano

Jorge Glas Viejó estaba prófugo, acusado de violar y embarazar a una niña de 13 años, estudiante de un colegio que él dirigía en Ecuador. Cayó preso en Paraguay en mayo de 2014, pero no se reveló dónde estuvo oculto. Condenado a 20 años de cárcel, permanece en un hospital, presuntamente protegido por su hijo vicepresidente. Una investigación conjunta de periodistas ecuatorianos y paraguayos reconstruye la historia.

Por Andrés Colmán Gutiérrez | Twitter @andrescolman

Es una habitación pequeña, en el fondo de una humilde vivienda, en un sector muy popular y densamente poblado de la villa Nuestra Señora de la Asunción, un sector del barrio San Pablo de Asunción, en las inmediaciones de Cuatro Mojones.


En ese lugar reducido y marginal vivió durante más de un año, pagando un alquiler mensual de G. 400.000 por la habitación, “el profe Jorge”, como lo conocían los dueños de casa, quienes nunca se imaginaron que su inquilino no era otro que Jorge Heriberto Glas Viejó, el padre del actual vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas Espinel, un hombre que era buscado internacionalmente por la Justicia de su país, acusado de haber violado y embarazado en Guayaquil a una niña de 13 años, estudiante del establecimiento educativo Hans Cristian Andersen, del cual él era el director y propietario.

“Era un hombre extranjero muy culto y con mucha plata. Por eso nos extrañó mucho cuando un día llegó a nuestra casa y nos pidió alquilar la piecita pequeña del fondo, ya que él podía pagar sin problemas algún hotel o residencial de lujo en lindos lugares turísticos”, dice la mujer que durante casi un año alojó en el barrio al docente, entonces de 72 años de edad.

La mujer no tiene problemas en hablar y en contar la historia hasta entonces oculta a enviados del sitio periodístico web independiente La Historia, de Ecuador, quienes han llegado hasta el lugar en compañía del reportero de ÚLTIMA HORA, pero ella pide que no se la identifique en el reportaje.

“Sé que detrás de este personaje hay gente muy influyente y poderosa; no queremos tener problemas”, dice ella, bajando la voz. Afuera hay estruendo musical de cachaca y reggaetón, olor de pollos al espiedo, una camioneta con parlantes que invita a un acto político en la seccional colorada. Vida cotidiana en un barrio popular que oculta leyendas y secretos.

El final de una larga huida

“Cae en Paraguay el padre del vicepresidente ecuatoriano” decía el título de una información publicada en la página 58, sección Sucesos, de la edición impresa del diario Última Hora, el miércoles 14 de mayo de 2014.


“Agentes policiales del Departamento de la Interpol Paraguay detuvieron ayer a Jorge Heriberto Glas Viejó, padre del vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, quien soportaba una orden de captura internacional por un supuesto caso de violación a una menor de edad en el 2011", sostenía la crónica.
En la foto se veía a un hombre de edad intentando cubrirse el rostro para no aparecer en cámara, mientras era conducido por dos policías por un pasillo del Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi, en vías de ser deportado.

“El hombre fue detenido en horas de la tarde de ayer, en la vía pública de un barrio residencial de Asunción”, sostenía la información, sin revelar cuál era el barrio ni dar más detalles sobre cómo fue la captura.

“En algunos medios dijeron que los policías le agarraron en un control de documentos, pero eso no es cierto. Ya sabían quién era y le venían siguiendo la pista. Le capturaron cuando salía de otra casa, donde se había mudado hacía pocas semanas, donde también alquilaba una piecita”, dice la mujer que fue su primera anfitriona.

Glas Viejó, nacido en Ecuador pero con pasaporte alemán, había ingresado al Paraguay el 29 de octubre de 2011, desde la Argentina, por la frontera de Puerto Falcón, un mes después de haber desaparecido de Guayaquil, donde fue denunciado por violación.

El padre del vicepresidente ecuatoriano había sido denunciado ante la Fiscalía de Guayaquil por la madre de la niña abusada, el 28 de setiembre de 2011.

Según el reporte, la niña era alumna del establecimiento educativo Hans Cristian Andersen, propiedad de Glass Viejó, en donde él además impartía clases como docente.

“El abuso se habría cometido en reiteradas ocasiones, cuando el adulto decía que salía del plantel junto a la menor para que se realice unos chequeos médicos. En realidad, se dirigía con ella a un motel que quedaba a pocos kilómetros de distancia”, sostiene la publicación ecuatoriana de noticias Explored.

Tras la denuncia hecha por la madre, el docente fue detenido, pero el fiscal Cesar León Tenorio dispuso su libertad. A las pocas horas, otra fiscal, Diana Cueva Limones, pidió su prisión preventiva, pero Glass Viejó ya había huido del país. La Justicia ecuatoriana dispuso su búsqueda y captura internacional.

El 20 de octubre de 2011, Glas Viejó fue detenido en Estados Unidos, a su arribo a Orlando, Florida, en un vuelo de la aerolínea TAM, procedente de Sao Paulo, Brasil. Las autoridades norteamericanas los expulsaron del país y el rastro del prófugo se perdió.

El caso se convirtió en un motivo de escándalo en Ecuador. El vicepresidente ecuatoriano, Jorge Glass Espinel, rehazó toda vinculación con su padre y aseguró que el mismo había abandonado a su familia; pero el abogado de la niña abusada, Pedro Granja, directivo de la Federación Nacional de Abogados de Ecuador, insinuó que el vice mandatario estaba encubriendo a su progenitor.
La niña abusada y embarazada dio a luz el 24 de enero de 2012.


De Glass Viejó no había noticias. Medios ecuatorianos especulaban que estaba recorriendo algunos países de Europa, cuando en realidad estaba oculto en un popular barrio de Asunción, Paraguay.

Su vida en Asunción: “Jorge, sos el mejor profe...”.

"¿Qué hace que un adulto mayor de apariencia cortés y solvencia económica se instale en un populoso sector ubicado a 5.000 kilómetros de su lugar de origen? La pregunta se la hizo una sencilla familia del barrio Nuestra Señora de Asunción de la capital paraguaya, cuando un ecuatoriano tocó a su puerta para alquilar una pieza a razón de 400.000 guaraníes mensuales”, publican los enviados del sitio web independiente La Historia, de Ecuador, en el reportaje que realizaron en forma conjunta con un periodista de Última Hora y otro del diario ABC Color.

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“El inquilino, que se presentó como un maestro retirado, no tardó en acoplarse a la familia y ganarse la devoción de los más pequeños, que comenzaron a guardar su mesada para hacerle obsequios. Era su manera de corresponder a las reiteradas atenciones del profe Jorge, como le decían cariñosamente. “La nena le dibujaba: Jorge te quiero, Jorge sos el mejor profe, Jorge te adoro”, recuerda la madre.


Todos los días, al caer la noche, la sala de la modesta vivienda se convertía en un salón de clases, donde el nuevo integrante dictaba lecciones gratuitas de inglés a los niños de la casa de 10 y 11 años, y a dos vecinitos de edades similares. El más pequeño e inquieto del hogar, de 5 años, se les unía eventualmente atraído por los dulces, galletitas, gaseosas y leche chocolatada que el maestro les compraba; además de la merienda, que tomaban todos juntos al final de la clase.

“Les ayudó muchísimo, tenían absoluto 5 (sobresaliente) en inglés”, recuerda la arrendataria y abuela de tres de los estudiantes. “Todo era para las criaturas, todo. A veces les compraba los útiles a mis dos niños y hasta los uniformes”, comenta la madre. “Siempre tenía mucha plata”, añade.

Se cambió de casa de alquiler al menos tres veces, aunque siempre en el mismo barrio y a no más de dos o tres cuadras de distancia entre una casa y otra. La primera causa por la que se mudó fue que reclamaba que los dueños de casa instalen un calefón en el baño, pero en la familia le dijeron que no tenían condiciones de invertir mucho en comodidades.


“Los vecinos del barrio recuerdan a Glas Viejó como una persona normal con un halo de misterio. Lo veían tomando tereré con una de sus arrendatarias o pasando a la lavandería, al supermercado o a comprar comida preparada, pero no entendían por qué, durante los últimos meses, se había cambiado al menos tres veces de casa, Todas estaban separadas por escasos metros de distancia.

Sus únicas pertenencias eran una cama, un plasma, una laptop de la que era inseparable, un aire acondicionado y una nevera, que instalaba en los cuartos que alquilaba a precios similares, y que tras su detención y sin que nadie las reclame, pasaron a manos de la mujer que le hacía la limpieza”, detalla el reportaje publicado por La Historia de Ecuador.


“Nunca ocultó su nombre, sí su prontuario y solía decir que tenía un hijo médico en Ecuador y una en Argentina, que le enviaban dinero para solventar sus gastos. A nadie le contó que uno de sus hijos era vicepresidente de Ecuador. ¿Y el motivo de su larga estancia? “Soy una persona que después de jubilarme quería viajar por el mundo”, había dicho, y agregado que durante su paso por Paraguay se enamoró del país y decidió quedarse. Un lobo vestido de oveja en un país que al día de hoy, está conmocionado por el embarazo de una niña de 10 años, violada en repetidas ocasiones por su padrastro”, agrega.

¿Alguien delató al hombre del entorno de Rafael Correa?

Glas Viejó había ingresado al Paraguay en 2011, en la época en que gobernaba el presidente Fernando Lugo, cuyo entorno político mantenía estrechos lazos con los del gobierno del presidente ecuatoriano Rafael Correa y su vice Jorge Glass Espinel, por lo que los defensores de la niña abusada no descartan que haya existido algún tipo de protección política para mantener al prófugo oculto en Paraguay por más de tres años.

Miguel Leguizamón, actual jefe de Interpol en Paraguay, asegura sin embargo, que las autoridades policiales de entonces desconocían que el buscado presunto abusador estaba oculto en Paraguay. “No teníamos conocimiento de su presencia”, sostiene.
La versión oficial destaca que Glas Viejó fue detenido ante denuncias de que había “un alemán medio raro” moviéndose por el barrio, pero los vecinos creen que alguien ya lo había identificado, en base a publicaciones en Internet, y que lo delataron ante las autoridades.
En la tarde del 13 de mayo, Glas Viejó salía de la casa que alquilaba, sobre la calle Tavyterá, cuando dos policías lo abordaron y lo arrestaron.
El hombre, de 74 años, aseguró que estaba muy enfermo, por lo cual lo llevaron al Hospital de Policía Rigoberto Caballero, donde la doctora Linsi Cabrera le hizo un estudio clínico e indicó que estaba en condiciones de viajar. “Antecedente de cirugía cardiaca... actualmente en tratamiento médico”, dice parte del certificado médico, que concluye que “el paciente se encuentra estable y el aumento de la presión arterial es emocional”.
Sin embargo, desde que llegó a Ecuador, a pesar de ser condenado a 20 años de prisión, Glas Viejó nunca pisó la cárcel y sigue recluido en el Hospital de Policía de Guayaquil.
“Si se lo hubiese encontrado con graves problemas de salud, se le hubiese internado en un hospital hasta que se resuelva”, sostiene el comisario Leguizamón, jefe de Interpol.
En aquella ocasión de su apresamiento, Interpol Paraguay se comunicó con sus pares en Ecuador, tras comprobar que había un “alerta roja” de captura contra el prófugo.
En lugar de iniciar un engorroso trámite de extradición, decidieron expulsarlo del Paraguay por violación de leyes migratorias, pero dos policías paraguayos lo acompañaron en un vuelo de Copa Airlines, que salió del aeropuerto internacional Silvio Pettirossi en la madrugada del 14 de mayo de 2014, llegando a Guayaquil al mediodía.
“El último reporte que reposa en el expediente de la Policía paraguaya es que su personal entregó a Jorge Glas Viejó a las autoridades nacionales. Una vez en Guayaquil, el detenido fue embarcado en una ambulancia y trasladado hasta el hospital de la Policía, sin que el juzgado que tramitaba su causa se haya dado por enterado. ¿Cómo explicarlo? “Es padre del vicepresidente de la República, es la única explicación que puede haber”, sostiene el abogado de la menor abusada, Silvio Enríquez”, destaca el reportaje de La Historia, de Ecuador.
Según la publicación, un año después de su llegada, Jorge Glas Viejó no ha pisado la cárcel a pesar de tener una sentencia de 20 años de prisión por violación. Según explica el abogado de la víctima, el recurso de apelación ha sido declarado en abandono y en ese sentido la sentencia debería estar ejecutoriada. Pero en lugar de eso, el proceso ha regresado al tribunal de origen, que primero ha dicho que no a un recurso de casación presentado por la defensa del acusado y luego que sí a un recurso de hecho, lo que hace que el trámite se siga dilatando.

“Los abogados de la menor, que es madre de un niño de tres años fruto de los abusos, dudan incluso de que Jorge Glas Viejo esté hospitalizado”, sostiene la publicación.

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(Este reportaje se realizó en el marco de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación en las Américas del International Center for Journalists (ICFJ), en alianza con CONNECTAS.

Se puede leer el reportaje completo de La Historia, de Ecuador, en este enlace: http://lahistoria.ec/2015/05/29/el-profe-jorge-y-su-vida-oculta-en-paraguay/).

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