“Para nosotros, se trata de un caso vital”, puntualizó Manuel Cardozo, principal referente de la ARP ante la estatal Comisión del Pilcomayo, tras señalar el oscuro panorama que se cierne nuevamente sobre la amplia región fronteriza chaqueña ante la demora de las autoridades formoseñas en expedirse sobre el planteamiento paraguayo.
La urgencia en iniciar las obras radica en que la semana que se inicia comenzarán a desplazarse masivamente en el Pilcomayo las aguas procedentes del deshielo de la cordillera de los Andes, que discurren en territorio boliviano y, parte de ellas, acceden al cauce del río compartido por los tres países.
“Si ocurre lo peor, ya no tendremos tiempo de meter las aguas a nuestro país, lo cual hará inevitable otro desastre”, precisó Cardozo.
Pérdidas. La extensa región acusa aún las consecuencias de la falta de agua registrada a mediados de este año, cuando murieron de sed millares de animales silvestres, mientras los productores pecuarios debieron realizar enormes sacrificios para evitar la muerte de sus haciendas, entre otros perjuicios ocasionados por el fenómeno.
Cardozo señaló la preocupación del gremio y de los productores chaqueños en particular, por la demora que hubo de parte de las autoridades de la vecina provincia de Formosa (Argentina) en responder al reclamo de las autoridades paraguayas, en el sentido de autorizar el ingreso de las máquinas viales a la zona del Pantalón (que se encuentra en territorio argentino) para proceder a la limpieza del río colmatado de sedimentos, con el objetivo de posibilitar el reencauzamiento de las aguas procedentes de Bolivia.