Durante el operativo se constataron conexiones precarias y clandestinas. El “medidor acostado” es una de las modalidades de fraude y robo de energía que más utilizan los usuarios en falta.
Una aguatera del barrio Maka’i, que adeuda a la ANDE G. 184.000.000, operaba en forma irregular y los funcionarios procedieron a desconectar el servicio.
Esta empresa ya había sido intervenida anteriormente y tiene una causa abierta en la Fiscalía.
Los departamentos de Gerencia Comercial y la Dirección de Gestión Regional continúan trabajando en la detección de irregularidades y suspensión del suministro de energía eléctrica.
En el marco de la campaña de reducción de pérdidas, la empresa estatal cambia los medidores electromecánicos por electrónicos, que son menos vulnerables a los robos de energía. Además, permite una mayor precisión para determinar el consumo del cliente.