Entre las celebraciones religiosas y las actividades recreativas de esta Semana Santa, hay quienes estuvieron rezando para que este largo feriado nos haga olvidar algunos temas candentes que saltaron a la luz, y que ni el tragicómico escándalo mediático sobre los siete títulos universitarios del diputado Carlos Portillo había logrado tapar.
Así que, para refrescar nuestra memoria siempre frágil, hagamos un breve memo con los temas que, como ciudadanos y ciudadanas, debemos seguir reclamando –a vuelta de Semana Santa–, para que los medios de comunicación los mantengan en su agenda y las autoridades se vean exigidas a dar respuestas.
–La narcocomputadora del juez. El hallazgo de algunos reveladores escritos en la computadora del camarista Delio Vera, sobre presuntas tarifas para “comprar” a ministros de la Corte, hasta textos preconcebidos para la defensa jurídica de un narcotraficante, no debe quedar en la simple anécdota de una evidencia circunstancial, que confirma lo que es un secreto a voces: El gran mercado al mejor postor en que se ha convertido la Justicia paraguaya. A ver si las investigaciones llegan realmente al fondo de la cuestión y los, hasta ahora, intocables acusados sienten que se les mueve un poco el piso.
–La asfixiante inseguridad ciudadana. El caso de la joven universitaria luqueña Camila Cabriza, baleada en un asalto callejero para robarle su cartera, fue solo un episodio más de una creciente espiral de violencia e inseguridad en las calles, pero por sus aristas dramáticas golpeó hondo a un gran sector de la población. Ojalá la esporádica indignación y movilización de la gente sirva para producir medidas de fondo, para que transitar por zonas de nuestro propio país ya no sea un continuo desafío a la criminalidad y a la muerte.
–Seguir preguntando: ¿Qué pasó en Curuguaty? La concesión de la prisión domiciliaria a los cinco campesinos presos que estaban en huelga de hambre permitió descomprimir la angustia sobre su deteriorada salud, pero la problemática de fondo sigue abierta. Si el Estado no puede garantizar un juicio justo, imparcial y ecuánime, lo más probable es que el caso Curuguaty se encamine a engrosar la lista de los muchos grandes casos judiciales que permanecen en la impunidad, o encubiertos por intereses políticos.
Y como además ingresaremos en la Semana del Periodista, es inevitable seguir clamando justicia para Santiago Leguizamón, el comunicador asesinado por la mafia en la frontera de Pedro Juan Caballero, el 26 de abril de 1991, y cuyo crimen continúa absolutamente impune, 23 años después.