14 jun. 2025

A propósito de la selección de Cartes

Cuando se está formando una selección de futbol todo el mundo opina y nadie se escandaliza por eso. Celebramos la inclusión de este, condenados la convocatoria de ese otro, hacemos fuerza por la incorporación de este y pedimos la cabeza del técnico porque metió a aquel.

Hasta quien nunca pateó una pelota en su vida se cuela en la discusión y dibuja su propio “dream team”. Todos nos sentimos con derecho a la crítica -aunque no sepamos ni medio de fútbol- sencillamente porque se trata de nuestra selección. Somos copropietarios de ella por derecho de nacionalidad.

Y no esperamos a que se juegue el primer partido para compartir nuestra opinión sobre el equipo con quien quiera o tenga la mala suerte de escucharnos. No esperamos a ver cómo juega el que consideramos malo para pedir su cambio. Simplemente no le queremos en el equipo, no nos convence. No creemos que sea el mejor.

Y cuando se habla de la selección no nos conformamos con menos que los mejores. No basta con que sean de confianza del técnico o del interés del seleccionador, exigimos que sean los mejores paraguayos pateando una pelota, no importa si tenemos que traerlos del otro lado del mundo.

¿Por qué tendría que ser distinto con el futuro Gabinete?¿Por qué se supone que tenemos que ser concesivos con el presidente y esperar los primeros cien días o un año o dos antes de opinar sobre la selección que armó para gobernar?¿Por qué habríamos de conformarnos con menos de lo mejor? ¿Por qué tendría que ser suficiente con que tengan la confianza o el interés del seleccionador?.

Le digo esto a la gente que se escandalizó porque hubo críticas apenas se dio a conocer oficialmente el Gabinete de Cartes. Como si hacerlo fuera un acto de traición a la patria.

Personalmente, creo que es un error nombrar a una ambientalista, Sheila Abed, en Justicia y Trabajo, una cartera que debe elaborar nada menos que las políticas públicas vinculadas con el empleo, en un país donde 7 de cada diez trabajadores carece de un seguro social, gana menos del mínimo y trabaja más de ocho horas diarias.

Un ministerio que debe reformular por completo el sistema penitenciario, convertido hoy en un depósito inhumano de hombres y mujeres que en su gran mayoría ni siquiera tiene condena.

Creo que no es sino la repetición de fórmulas perimidas colocar a un militar retirado al frente de la Cartera de Defensa, como si el Ministerio fuera apenas la oficina administrativa de las FFAA y no la gestora de las políticas de defensa de la República. No recuerdo haber leído ni escuchado del General Soto Estigarribia proyecto ni estudio alguno sobre cómo reformular las Fuerzas Armadas.

Y ojo que esto no es una crítica a estas personas a quiénes ni siquiera conozco personalmente. Simplemente no me parece que sean la mejor opción para una “selección nacional”.

Por otra parte, celebro sí que Cartes haya respetado la tradición que empezó Nicanor y continuaron Lugo y Franco de poner en las carteras económicas a personas de probada solvencia en la materia.

Y hay mucho más por decir. Sea favorable o no, nada de malo tiene que lo hagamos público y que debatamos sobre ello.

Digo, si nos fanatizamos con la selección de jugadores de fútbol por qué diablos no lo haríamos con la de los ministros.

Unos pueden darnos alguna alegría coyuntural. Los otros nos pueden cambiar la vida.