Nancy Méndez
CIUDAD DEL ESTE
“Según leyendas de indígenas que vivían en la zona, este lago se formó de un meteorito que cayó del cielo, allá por el año 1600. Cuentan que cayó la gran bola de fuego y chocó contra la tierra y allí en el lugar salió agua, por eso le dicen Yrendy, palabra compuesta formada por agua y luz. Los indígenas a su manera les llaman a las cosas”, comenta Leopoldina viuda de Blanco, vecina del lugar.
La belleza de Yrendy es cautivante y es como una palangana en medio de la reserva, que tiene agua cristalina en una parte y en la otra está cubierta de pastos. El lago fue elevado a categoría de santuario ecológico por su belleza y riqueza natural a través de una resolución municipal. En ella habitan variadas especies nativas, algunas en peligro de extinción. El área verde cuenta con 180 hectáreas, mientras que el espejo de agua tiene 12 hectáreas, y pertenece al Ministerio de Agricultura.
No se encuentra nacientes cercanas que la alimenten y en sequía e inundaciones mantiene el mismo nivel, lo que le da un toque mágico según los pobladores.
En la entrada a la reserva del lago Yrendy existe una especie de monumento que alerta a los visitantes sobre la inminente deforestación que va aniquilando el verde bosque de la región. Es el tronco de un gran lapacho, que pide “basta” a la tala desmedida de los árboles del Alto Paraná. Desde el año 1950 está este tronco que mide 1,50 metros de diámetro.
Este importante refugio natural fue abandonado por muchos años, periodo en que personas desconocidas casi destruyeron lo poco que todavía restaba de la flora regional. Fueron derribadas durante ese tiempo gran cantidad de especies de los palmito silvestre, con lo que casi extinguieron la memoria de Ciudad del Este.
Los vecinos del lugar, que se encargan de cuidar la reserva de acuerdo a sus posibilidades, presentaron varias denuncian por la tala de árboles en el sitio pero nunca se intervino como corresponde. Algunas personas hacen guardia voluntariamente desde sus propias casas, pero aseguran que se necesita un custodio forestal permanente para evitar mayores daños.
PROYECTOS. Leopoldina viuda de Blanco, miembro de la comisión vecinal, dijo que el sitio es propicio para explotar el turismo regional y que la comisión está dispuesta a ayudar en todo. “Hay un grupo de jóvenes que limpian la orilla del lago Yrendy, cuentan con el apoyo del director de Escuela Forestal, Victor Cáceres, y quieren continuar con el sueño que teníamos desde hace 23 años de que se coloquen banquitos y se consigan los guardabosques para cuidar permanentemente la reserva”, señaló.
El profesor Antonio Alcorta Cubas, pionero de Ciudad del Este, había presentado un proyecto a la Junta Municipal, pero nunca se hizo realidad lo que se aprobó, según resolución Nº 209/02, caratulada “Proyecto de recuperación y conservación del Lago Yrendy”, ubicado en el kilómetro 12 Monday .
“La aprobación del proyecto se dio hace más de 16 años, pero hasta hoy día no se concretó nada. Como la comisión Amigos del Yrendy también habíamos presentado uno parecido, pero sin respuestas. El lago de a poco se está perdiendo por la inconsciencia de personas extrañas que van al lugar y ensucian o usan como vertedero clandestino, indicó.
Entre los puntos más importantes del plan figuraba la construcción de un camino de todo tiempo desde la entrada en el kilómetro 12 hasta la reserva, esto se dio tras varias manifestaciones de los vecinos, que no consiguieron aún la construcción de los caminos circundantes al predio y en el interior. Se aprobó la construcción de un edificio para la formación e instalación de un museo histórico-botánico, que sirva como laboratorio para el estudio de diversas plantas medicinales que crecen en la reserva, alrededor del lago