La reciente gira del presidente chino, Xi Jinping, por el sur del país, dejó algunas claves de lo que busca para contrarrestar los efectos de la guerra comercial con EEUU: reducir la dependencia de la tecnología estadounidense y sustituirla por la suya propia.
Los medios oficiales chinos fueron desvelando a cuentagotas el balance que dejan un total de tres jornadas de gira de inspección de Xi, protocolo que los líderes del régimen comunista suelen usar para anunciar nuevas políticas y decretar instrucciones.
“Lo más importante ahora es centrarnos en nuestros propios asuntos, promover las capacidades de innovación independiente en áreas claves y acelerar el desarrollo de tecnología con derechos de propiedad intelectuales propios”, afirmó Xi a su paso por Nanchang, en declaraciones recogidas por el rotativo oficial China Daily. Asimismo, el jefe de Estado chino advirtió de que esta transición tecnológica no estará exenta de riesgos y desafíos, y llamó al pueblo chino a prepararse para una serie de situaciones difíciles dado el cada vez más complicado contexto internacional.
“China está en una nueva Larga Marcha –la retirada del Ejército Rojo entre 1934 y 1936 que se convirtió en el mito fundacional del comunismo chino–, y el país depende ahora de la fuerte voluntad y la firme fe del Partido y del pueblo para asegurar nuevas victorias”, avanzó Xi en Ganzhou, primera parada en su gira por la provincia de Jiangxi, considerada cuna de la revolución comunista.
Aunque el presidente chino se refirió en otras ocasiones a los retos que afronta el país, su discurso llega en pleno recrudecimiento de la guerra comercial con Estados Unidos, que recientemente incluyó a Huawei en una lista de compañías a las que se impide el acceso a la tecnología y el mercado estadounidense.
Analistas consultados por Efe coinciden en que este veto es el primer escenario de una batalla comercial y por la supremacía tecnológica en la que China y sus empresas no lo tendrán fácil. EFE