Pedro García Garozzo
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Nuevo rey impera en Wimbledon. La corona que Roger Federer lució en 2009, pasó ahora nuevamente a manos del número uno mundial, el español Rafael Nadal, quien reconquistó el cetro y definió el feliz momento como “un sueño, después de un año difícil”, valorando el máximo galardón al que puede aspirar un jugador de tenis, solo comparable a los otros tres Grand Slam y al título olímpico que también lo alcanzó el español en Beijing 2008.
El mallorquín se impuso en 2 horas 12 minutos al checo Tomas Berdych, que jugaba su primera final de un certamen grande. El score fue 6-3, 7-5 y 6-4. Completó de este modo 14 victorias consecutivas (7 en 2008 cuando también ganó el certamen y las restantes en la presente temporada). El año pasado no pudo intervenir en el campeonato por problemas físicos.
El resultado muestra la superioridad manifiesta del español, que se evidenció en todos los sets, con un sólido y seguro servicio y gran calidad de juego en las “big balls” (pelotas más importantes).
Berdych le dio batalla. No le hizo fácil el camino. Pero la contundencia y el dominio de las situaciones que mostró Nadal, no dejaron dudas del destino final de la jornada.
8 GRANDES. Nadal suma así su octavo cetro de Grand Slam, campaña triunfal distribuida con 5 coronas en Roland Garros (2005, 2006, 2007, 2008 y 2010), ahora dos en Wimbledon (2008 y 2010) y una en el Abierto de Australia (2009).
En diez finales cumplidas sólo tiene dos contrastes, en ambas oportunidades frente al suizo Roger Federer y en Wimbledon (2006 y 2007).
Este lunes las tablas mundiales mostrarán, en ambos casos, cómo se enseñorean con firmeza en su cúspide: Rafael Nadal entre los caballeros y Serena Williams entre las damas.