08 sept. 2024

“Uno no es más productivo por estar más horas sentado en el escritorio”

Chile derribó mitos y mostró que las empresas mantienen o elevan su productividad cuando sus empleados y empleadas están más motivados al poder destinar más tiempo de calidad a su familia.

MINISTRA DEL TRABAJO Y PREVISIÓN SOCIAL DE CHILE JEANNETTE JARA_11_42654188.jpg

Visita. Jeannette Jara participó en Paraguay del encuentro de países iberoamericanos.

Hace dos semanas el Parlamento chileno sancionó la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales. Además de su discusión en el ámbito legislativo, hubo un previo debate tripartito, que incluyó la participación de empleadores y trabajadores, quienes encontraron puntos en común con el Gobierno. La ministra del Trabajo y de Previsión Social, Jeannette Jara, quien lideró este proceso, visitó recientemente Paraguay y compartió en esta entrevista algunas experiencias del proyecto que ya es ley, así como los siguientes desafíos como lo es el sistema de pensiones.

–¿Qué otros cambios contempla la ley que reduce la jornada laboral a 40 horas semanales?

–Después de largos 6 años de tramitación se aprobó la reducción de la jornada laboral a 40 horas, que es la segunda vez que ocurre en Chile; la otra ocasión fue en 2001 y antes solo venía la regulación de jornada desde principio del siglo XX, entonces es un momento histórico para los derechos laborales. Cuando este proyecto se presentó originalmente tuvo mucha oposición y se consideró como un imposible.

El proyecto contempla promover el descanso efectivo, para lo cual está la reducción de jornada y el segundo es de responsabilidad económica; entonces es un proyecto de ley que resguarda explícitamente que las remuneraciones de los trabajadores, el sueldo en el fondo no puede bajar y por eso le da un plazo a los empleadores para que con gradualidad se produzca la reducción de la jornada laboral, ese plazo es de hasta 5 años.

Se contemplan dos cosas adicionales además, que es el apoyo a las pequeñas y medianas empresas y se introdujeron normas de corresponsabilidad en los cuidados de los hijos. Se aprovecharon 40 horas para que, por ejemplo, los trabajadores y trabajadoras que son padres puedan, además de reducir su jornada laboral, tener acceso diferido al trabajo, llegar más tarde o llegar antes y salir antes para poder acompañar al hijo al colegio o al control médico.

Se tomaron varias medidas accesorias, pero todas apuntan al mismo centro, porque la idea es avanzar en derechos laborales para apoyar a los niños y niñas, hay una conexión ahí, porque en nuestro país la jornada es larga y además la ciudad está muy segregada. Hay un tiempo valioso que se ocupa en trasladarse en el transporte público, entonces los niños necesitan más presencia de los padres en la casa.

–¿Cuál sería el beneficio de esta ley para el país?

–Los beneficios para el país van a ser enormes, porque es una oportunidad del país de tener una mejor conciliación entre vida laboral y familiar, en la empresa los trabajadores van a tener menos fatiga y estrés laboral, menos ausentismo, menos licencia médica mental que además ha aumentado mucho producto de la pandemia, pero además para la empresa es una oportunidad para replantearse sus procesos productivos, logísticos, porque en Chile hay un fenómeno en que nosotros tenemos largas horas de trabajo, pero bajo nivel de productividad; entonces junto con la reducción de jornadas se están impulsando medidas que promueven la productividad, van en conjunto, digitalizando trámites.

–¿Cuáles son los mitos que tuvo que enfrentar el Gobierno chileno contra esta propuesta?

–El primero de ellos, que yo diría que fue el más fuerte... es que esto era imposible. A veces los países solo ven su propia forma de vida, pero si uno mira los sistemas laborales y por qué existe el Derecho Laboral Internacional, se va a dar cuenta que en realidad hay regulaciones que son mucho más adecuadas para vivir mejor y en muchos países, ya había jornadas de 40 horas.

El segundo mito que se señalaba en nuestro país es que las pequeñas y medianas empresas eran las que tenían más dificultades para adaptarse y lo que nosotros hicimos fue un proceso previo, que era colocarle el sello, o sea, entregarles un certificado a las empresas que tenían 40 horas antes de que fuera ley, así como una especie de reconocimiento promocional.

Postularon muchas empresas del país y el 90% eran pymes, y lo tercero es que no era posible construir acuerdos, creo que eso es lo principal políticamente en un país que tiene mucha representación diversa parlamentaria, pero cuando la ciudadanía apoya algo, en realidad eso tiene fuerza y se pudo llegar a un acuerdo para avanzar.

–¿Y las empresas qué experiencia tuvieron?

–Las empresas que tienen el Sello 40 Horas cuentan que esto les ha permitido mantener niveles de productividad, otras han mejorado, pero muchas de ellas incluso estuvieron dispuestas a producir un poco menos con tal de tener mejor clima laboral y mejor calidad de vida. También alternativamente hay la posibilidad de tener 4x3, que las empresas reduzcan de 45 a 40 horas, pero bajo la modalidad de trabajar cuatro días y descansar tres.

–¿Cuál fue el sector más reacio al proyecto?

–Más que reacio, yo creo que era el sector que tenía el desafío más importante, que era el de la minería, por la importancia que involucra para el país el sector. Ahí los empleadores con los trabajadores mineros tomaron un acuerdo bipartito entre ellos y el Gobierno tuvo que hacerlo suyo... Otro desafío es cómo avanzábamos en trabajadores de casa particular porque en nuestro país, muchas veces todos los trabajadores avanzan pero ellas siempre van quedando atrás, es muy doloroso. Eso en este proyecto no ocurrió, tomamos medida y se le generó una base igualitaria de derechos.

Ahora hay que hacer todo un proceso de implementación de las 40 horas, porque esto no es algo que tú lo diste como ley y al otro día “ya está, listo”, sino que hay que hacer todo un trabajo de implementación y eso va a involucrar también el trabajo doméstico donde la misma dinámica de los hogares van a tener que hacerse cargo como empleadores de este tema, porque la idea es que esto sea un mejor vivir para todos, no solo para algunos.

–¿Qué políticas se implementarán para los chilenos que durante la pandemia agotaron los saldos de capitalización individual que forman parte del fondo de pensiones?

–Lo primero es que el sistema de pensiones basado en la capitalización individual está fracasado y que los retiros que se hicieron profundizaron ese fracaso. En Chile las pensiones son muy bajas y aún más con retiros, lo que estamos haciendo son dos cosas: la primera es fortalecer una pensión base universal que se financia con impuestos que el presidente Boric la quiere llevar a una cifra de 250.000 pesos, pero eso requiere una reforma tributaria, que está planteada para tener mayores derechos sociales, entre otros, la pensión base universal que en Chile ya existe pero la queremos ampliar en cuanto al número de población que llega. Está el 90%, y la queremos extender a toda la población y el monto.

–¿Pero además cambia el concepto de capitalización individual?

–Los sistemas de pensión se financian de forma contributiva con cotización y sin cotización, las pensiones base son sin cotización, son con impuestos de todos, entonces Chile lo primero que está haciendo es fortalecer su pensión base. Se tiene una pensión base buena, pero que no es suficiente.

De la cotización viene una pensión contributiva, que está arriba de esta, el tema es que en Chile esa pensión contributiva ha sido solo capitalización individual, entonces lo que se va a hacer ahora es que junto con tu capitalización individual el empleador va a pagar otra cotización con lo que se va a financiar un seguro social. El 10% es del salario del trabajador, que ya hay, y el 6% sería un aporte del empleador para el seguro social.

Perfil

Jeannette Jara es abogada y administradora pública. Tiene amplia experiencia en procesos de auditoría financiera, tributaria, en cumplimiento de planes de fiscalización, así como en seguridad social. Antes de asumir como ministra del Trabajo del Gobierno de Gabriel Boric, ya promovía las 40 horas semanales y criticaba el sistema de pensiones.

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