Tras una misión de cinco días a la región, el número dos de la agencia para la infancia de la ONU pintó un panorama “inhumano” y de “desesperación”, especialmente en Gaza, donde han muerto 18.000 niños desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás el 7 de octubre de 2023.
Chaiban afirmó haberse reunido el lunes último con las familias de diez niños fallecidos y de 19 heridos en un reciente bombardeo israelí mientras esperaban en fila en una clínica de nutrición respaldada por Unicef en Deir el-Balah y conoció a un niño de diez años, Ahmed, traumatizado por la muerte de su hermana de trece.
“Él está profundamente traumatizado y no sabe qué hacer. Esto simplemente no debería estar ocurriendo. Los niños que conocí no son víctimas de un desastre natural; están matándolos de hambre, bombardeándolos y desplazándolos”, sostuvo.
“Hemos presionado para que (Israel) revise sus normas militares de contacto para proteger a civiles y niños. Los niños no deberían estar siendo asesinados esperando en fila en un centro de nutrición o recolectando agua y la gente no debería estar tan desesperada como para abalanzarse sobre un convoy”, agregó.
El directivo de Unicef reconoció que Israel ha “facilitado el acceso” de ayuda, tras sus pausas en las hostilidades, y dijo que la agencia tiene listos 1.500 camiones de provisiones en corredores en Egipto, Jordania, Ashdod (Israel) y Turquía, de los que han entrado casi un centenar y un tercio de ellos con fórmula alimentaria para bebés.
El diplomático reconoció que “toda modalidad debe ser utilizada” para llevar ayuda a la población palestina, pero reconoció que los lanzamientos aéreos “no pueden reemplazar” a los camiones y que se necesitan unos “500 al día, a través de todas las rutas”, tanto de ayuda humanitaria como comercial.
“El propósito de la misión era abogar por las medidas (...) para implementar un acceso completo y permitir a la ONU y las oenegés hacer su trabajo, porque sabemos cómo hacerlo y complementarlo con el tráfico comercial”, apostilló Chaiban.