Muchos son los artistas locales que apuestan a los títeres, no solo como medio de vida, sino también para transmitir mucho más que risas.
Ese es el caso de Humberto Gulino, quien junto a su espo- sa, Elisa Godoy, son los titi- riteros pioneros en el mercado paraguayo. El matrimonio se aferró a esta manifestación artística desde la época de noviazgo. “Nuestra primera función fue el 15 de agosto de 1967 en Asunción; presentamos El caballero de la mano de fuego y Chimpete champate (el pícaro burlado), de Javier Villa- fañes”, rememora Elisa que entró a este mundo de manos de su esposo, Humberto, que antes ya había trabajado con títeres y titiriteros en Argentina.
"Él me habló de crear un teatro de títeres y de ahí me involucré", recuerda la mujer.
A partir de allí, no pararon. “Al comienzo la gente no conocía este tipo de manifestación, había una especie de sorpresa, desconocimiento y a la vez caía muy agradablemente”, dice, al tiempo de mencionar los numerosos lugares donde llevaron su arte y de lo mucho que se puede transmitir con títeres.
“Se presentan obras de contenido social, de concientización; no es solo para entretener, que es algo muy importante también”, cuenta Elisa, a lo que su esposo agrega: “En el mundo se realizan incluso óperas con títeres”.
<h2>Enseñanza</h2>
Además, el matrimonio fabrica sus propios títeres, arte que requiere paciencia y tiempo, ya que un personaje lleva alrededor de una semana de labor. “Yo enseño en la Escuela de Arte Infantil del IMA y en el Instituto Superior de Bellas Artes”, cuenta, y agrega que en ambas instituciones tiene muchos alumnos muy interesados en los títeres; pero que lastimosamente no hay una escuela de títeres, donde se pueda perfeccionar el arte. “Hace muchos años presentamos un proyecto para crear una escuela de títeres, pero no pasó nada”, sin embargo, asegura que lo volverá a hacer.
Desde su óptica, ese es uno de los secretos para hacer más masivo este arte, además de “jerarquizarlo y darle al títere al igual que a cualquier otro arte, la categoría que se merece”.
Aparte de Humberto y Elisa fueron muchos los artistas que decidieron apostar a este arte conocido pero que sigue luchando por su espacio; entre ellos Tito García, que llevó a los títeres a la televisión en 1978, con El Mundo Fantástico de Tito. Él trabaja y fabrica títeres hasta la actualidad.
Otros históricos titiriteros locales son Juanito Carte y Chacho López Grenno.
<h2>Propuesta pedagóogica</h2>
Las amigas Noelia Buttice, Tessa Rivarola y Carola Mazzotti se unieron para cumplir el sueño de ser titiriteras y podría decirse que son las “nuevas” en la profesión. Crearon la compañía Kunu’u con el “deseo de conjugar el laburo con la expresión”, según las chicas, que el próximo mes celebran 4 años de la compañía.
La idea del grupo es ir más allá del entretener y distraer, para dar paso a la imaginación, la creación y la comunicación. “Con los títeres buscamos dialogar, crear puentes entre nosotras y los niños y los adultos que los acompañan, plantear debates que nos parecen importantes, ironizar, provocar, sacudir, emocionar y dar a pensar”, cuenta Carola.
Ellas aseguran que el títere es un objeto intermediario que facilita la comunicación entre adultos y niños, rompiendo barreras generacionales; y que puede ser utilizado como una herramienta terapéutica y pedagógica. “Nosotras no queremos hacer obras con moralinas o que tengan como fin aleccionar, más bien optamos por obras donde la estética y el contenido sean congruentes con una forma de estar en el mundo, respetuosa de la belleza y fealdad que hay en la naturaleza, en las relaciones humanas, pero a la vez cuestionadora de las injusticias”, cuentan las chicas que también crean sus personajes y en ocasiones hasta los títeres, y sueñan con que su arte crezca.
“Nos encontramos avocadas en este mismo momento a la realización del Primer Koreko Gua!, Encuentro Titiritezco del Mercosur, a realizarse entre el 2 y 5 de mayo. Un sueño que se está haciendo realidad gracias al apoyo del Fondec y otras empresas, además del trabajo de gente amiga y compañeros que creen también en esta apuesta y se han sumado al trabajo por amor al arte”. La cita arranca en la Manzana de la Rivera.