Almada reclamó al presidente francés, François Hollande, la divulgación de los archivos de la Operación Cóndor referidos a Paraguay, Argentina, Chile, Bolivia, Brasil y Uruguay en las décadas de los 70 y 80 “para que se sepa la verdad y actúe la justicia”.
El plan Cóndor aunó los esfuerzos de varias dictaduras latinoamericanas en los años setenta para acabar con opositores y disidentes, tanto en los propios territorios nacionales como en los de los países integrados en la operación.
Como ya hizo el mes pasado en una misiva dirigida al papa Francisco, Almada pidió acceso a Francia para investigar “sobre la trágica situación” de estos “países por aquellos años de terrorismo de Estado”.
Durante la dictadura de Stroessner (1954-1989), la más larga de Suramérica, Almada fue detenido por “terrorista” por un estudio que escribió sobre educación y su mujer murió de un ataque al corazón tras escuchar por teléfono cómo lo torturaban y recibir su ropa ensangrentada.
El activista que descubrió los llamados “Archivos del Terror”, documentos oficiales que revelan los abusos del régimen de Stroessner y de otros países de la región, sumó este pedido a los ya realizados a las embajadas de Suiza y Alemania en Asunción.
Almada dirige actualmente la fundación Celestina Pérez de Almada, bautizada en honor a su esposa fallecida y dedicada a recordar lo que ocurrió.
La Comisión de Verdad y Justicia (CJV) comprobó la existencia de 425 ejecutados o desaparecidos durante la dictadura y casi 20.000 detenidos, la gran mayoría víctimas de torturas.
La Justicia de Paraguay solo ha condenado a un pequeño grupo de policías por delitos durante la dictadura, en procesos realizados poco después de su fin.