Unicentro abrió sus puertas por primera vez el 16 de diciembre de 1988. Sin embargo, sus directivos comenzaron a proyectar el emprendimiento mucho antes. Tal es así que en 1986 se puso en marcha el trabajo previo, la compra del terreno, la construcción del edificio -más pequeña de la que se conoce en la actualidad pero con un concepto de modernidad muy avanzado para la época- y otras actividades que hacían relación a la apertura de lo que hoy conocemos como una multitienda.
Sentados en una sala del enorme edificio, que en estas dos décadas fue creciendo a lo largo y a lo ancho, Carlos Mendelzon, Efraín Varzán y José Azubel hurgaron en el fondo de sus recuerdos para contar cómo dieron origen al centro comercial.
“El crecimiento fue más rápido de lo esperado”, interrumpe Mendelzon y asienten sus socios. Varzán señala que la infraestructura era muy chica en comparación a la actual, pero como el éxito fue tan importante “tuvimos que crecer también en infraestuctura”.
Por aquellos años, Unicentro tenía un solo acceso, que estaba ubicado sobre la populosa calle Palma casi 15 de Agosto, y se erigía con 3 niveles o pisos. El estacionamiento estaba situado sobre Estrella. “Pronto tuvimos que ampliar nuestras instalaciones, nos extendimos hacia Estrella y habilitamos más pisos. Hoy en día, el edificio tiene 18 niveles, de los cuales 6 están destinados para uso comercial y el resto para fines administrativos”, expresa Azubel.
Con un dejo de añoranza, Mendelzon relata que el centro era muy diferente hace 20 años atrás. “El turismo en aquella época era muy importante” añade y -sonrisa de por medio- manifiesta: “Ustedes no saben lo que era una palmeada en aquellos tiempos”.
Ese dinamismo, que caracterizaba al centro capitalino en la década de 1980 y que se extendió hacia los primeros años de la década de 1990, fue el motor que aceleró el crecimiento de Unicentro, sumado al esfuerzo continuo de sus propulsores, dice Varzán.
Y agrega que otro factor que contribuyó con el desarrollo de la firma fue la tecnología. “Comenzamos como una tienda de última generación en cuanto a tecnología se refiere. Cuando abrimos ya teníamos escaleras mecánicas, ascensores y acondicionador de aire, lo cual nos causó cierto temor porque debíamos mantener las puertas cerradas”, recuerda.
Mendelzon explica que debían luchar contra la mentalidad de aquellas personas que pensaban que Unicentro era “más cara” por ofrecer confort a sus clientes. “Tuvimos que recorrer asociaciones, invitar a la gente a pasar para que verifique que nuestros precios eran los mismos del mercado”, apunta.