30 abr. 2024

Un país en llamas

Brigitte Colmán – @lakolman

Como si no tuviésemos suficiente con el Covid, ahora también se nos quema el país.

Afrontamos desde hace meses una temporada de sequía, a la cual se suman la inconsciencia y vileza de quienes provocan los incendios, y nos dejan en una situación crítica.

El fin de semana soportamos un calor intenso de más de 40 grados además de una intensa humareda que hacía irrespirable el aire. En la tarde del domingo se reportaban más de 4.200 focos de calor en todo el país. Presidente Hayes era el más afectado, con más de 1.900 focos de calor. Y esto sin mencionar el desastre inminente de Cateura.

La situación es catastrófica, cualquiera de nosotros que estamos sufriendo la mala calidad del aire lo entiende bien. Solo el gobierno no se entera de nada.

Este diario publicó un artículo en el que hablaba un neumólogo, quien asegura que el humo de los incendios puede dañar el corazón, el cerebro, las vías respiratorias y también afectar especialmente a los pacientes que padecen Covid.

Explicaba que, la toxicidad que se encuentra en estos días en el ambiente es inevitable incluso usando tapabocas; porque las partículas del humo también se quedan adheridas a la piel. Y, quizá lo peor de todo es que, esas partículas milimétricas que no vemos, se depositan en las paredes del sistema respiratorio y causan daños que pueden ser irreversibles a los pulmones.

El profesional apuntaba que se debían evitar las actividades físicas al aire libre, e ingenuamente urgía al gobierno que ofrezca diariamente información a la ciudadanía, sobre el grado de contaminación ambiental.

Hace unas semanas ya se hablaba de los niveles insalubres de la calidad el aire que estamos respirando. En esas mediciones, en las zonas del barrio Herrera y Villa Morra de Asunción, el barrio Policial de Luque y la ciudad de Mariano Roque Alonso, en el Departamento Central, se encontraron valores de densidad del aire muy por encima de los niveles normales. Los sensores ya habían detectado que los valores en estos sitios rondan entre los 179 a 183 micrómetros, cuando se debería mantener una cifra igual o inferior a 2,5 micrómetros en todo momento.

Provocar incendios de propósito es un acto criminal. Lástima que la fiscalía esté tan ocupada investigando a ciudadanos que protestan, si no, seguro que ya habría algún imputado por los daños al ambiente. Porque no se olviden de la contaminación de la Laguna Cerro, otro caso de destrucción del ecosistema, y que quedará impune, incluso con los reclamos de Leonardo DiCaprio.

Calorazo. Por culpa de los incendios tenemos que quedarnos encerrados dentro de nuestras casas, y eso que ya alcanzamos records de calor antes incluso del inicio del verano. El cóctel de la temporada es perfecto para matarnos del disgusto: Hace calor, afuera hay humo y apenas se puede respirar, y para completar se cortan la energía eléctrica y el agua. En breve vamos a volver a escuchar, como en un bucle temporal, las excusas de los directivos de ANDE y Essap, que van a salir a decir que por culpa de los gobiernos anteriores que no invirtieron, su tecnología es obsoleta y que así no se pueden hacer milagros. Parecen olvidar que un mismo partido político administró el Estado paraguayo por 70 años. La estación de las flores, se vino con una tremenda sequía, pero al menos con lapachos espléndidos, que nos regalan sus colores para darnos ánimo en esta crisis nunca antes vivida.

Nos dicen que debemos aprender a vivir en modo Covid. Eso significa acostumbrarse a usar tapabocas todo el tiempo, incluso bajo 43 grados de calor; lavarnos las manos a cada rato, si tenemos agua, claro y seguir guardando distancias.

El país se quema, la gente no tiene agua ni luz, hace demasiado calor, más de 800 paraguayos ya murieron por el coronavirus, y Mario Abdo le dedica un saludo a su club; ni hace falta decirlo, pero que desastre que ya sos.

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