Quedará para trabajar en Olimpia el tener más recursos para jugar el balón cuando un equipo se le cierra atrás y mejorar en la marca en el mediocampo.
El Auriazul hizo un muy buen partido, empañado por los errores individuales y la falta de atención; ante equipos grandes no se pueden dar, porque se pagan con goles.
Las claves pasaron por los laterales. Cuando Luqueño cerró esos espacios a Olimpia, el Franjeado no supo qué hacer y optó por la pelota parada como única arma para hacer daño; de contragolpe complicó muchísimo Luqueño y de tener mayor puntería en la delantera, sin dudas iba a ganar el partido.
Luqueño se salvará del descenso este año. Con esta intensidad de juego podrá vencer a sus demás rivales, pero deberá mantener este ritmo y no dormirse ante rivales menores. Pese a la situación interna del club, los jugadores siguen sacando la cara.
TIEMPO. Faltará ver qué le puede dar Gorosito a Olimpia. Para eso faltará tiempo y mayor trabajo. Aunque remarcó el entrenador en conferencia que le gustaría dar mayor intensidad, algo que el Olimpia de Garnero tuvo en el torneo local y que le dio muchas victorias.
Algo que no se vio ayer y que sí tuvieron los equipos de Garnero y hasta de Landaida fue la pelota filtrada entre líneas, un recurso que usaba Olimpia y siempre le generó daño a sus rivales.
La vara está muy alta para el nuevo entrenador franjeado, que deberá ajustar piezas para darle mejor juego a su equipo.
La figura
Blas Díaz
El volante volvió a ser importante con la creación dentro del mediocampo y de finalización de jugadas.
6 goles alcanzó Roque Santa Cruz con su doblete de ayer, es el máximo artillero del torneo Clausura.
59 empates entre Luqueño y Olimpia en el historia, donde se disputaron un total de 240 partidos en Primera.