El presidente Donald Trump respaldó ayer un proyecto de ley que reduciría a la mitad la inmigración legal al país a lo largo de la próxima década, un ambicioso plan que puede seducir a la base electoral del mandatario, pero que difícilmente superará la oposición demócrata en el Senado.
Trump, que durante la campaña electoral prometió reformar el sistema migratorio del país para que estuviera “basado en el mérito”, anunció su apoyo a una propuesta legislativa que cambiaría el sistema de concesión de permisos de residencia permanente y eliminaría la llamada lotería global que sortea visados.
“Esto representaría la reforma más significativa a nuestro sistema de inmigración en medio siglo”, aseguró el presidente en una comparecencia ante la prensa en la Casa Blanca.
Bajo la propuesta de ley republicana, los permisos de residencia permanente, conocidos en inglés como “green cards”, comenzarían a distribuirse mediante un sistema más competitivo, basado en puntos según el nivel de cualificación del solicitante, dijo Trump.
“Ese sistema favorecerá a quienes hablen inglés, puedan mantenerse financieramente a sí mismos y sus familias, y demuestren habilidades que puedan contribuir a nuestra economía”, afirmó.
Trump agregó que el proyecto de ley también “evitará que los nuevos inmigrantes puedan recibir ayuda del sistema estadounidense de prestaciones sociales”, aunque la legislación actual ya prohíbe, desde hace 2 décadas, que los inmigrantes legales se beneficien de esos mecanismos públicos durante sus primeros 5 años en el país.
El mandatario apeló a su base electoral –a quienes repitió durante la campaña del año pasado que los inmigrantes les estaban quitando trabajo– al asegurar que el proyecto evitará que los trabajadores estadounidenses queden desplazados.
“Esta ley reducirá la pobreza, aumentará los salarios y ahorrará a los contribuyentes miles de millones de dólares”, prometió. Pero también argumentó que entre los más dañados por el sistema actual están los propios inmigrantes, y en particular los trabajadores de minorías que compiten por empleos con otros que están recién llegados, algo que no es justo.
“Estas reformas asegurarán que quienes llegan a nuestro maravilloso país se asimilan, tienen éxito y logran el sueño americano”, añadió Trump.
De prosperar el proyecto, la inmigración legal a EEUU se reduciría a 637.960 personas en el primer año que la ley estuviera en vigor, según los senadores republicanos Tom Cotton y David Perdue.