Como sucede cada año en los días previos al premio, en los medios periodísticos circulan las tradicionales quinielas sobre los posibles ganadores del galardón literario mejor dotado del mundo.
Fotografía de archivo de mayo de 2008 de la escritora española Almudena Grandes, quien suena como una de las candidatas al Premio Planeta 2009. EFE/Archivo | Ampliar imagen
“Siempre hay especulaciones, y se especula muy bien porque aciertan bastante”, dijo el miércoles en su tradicional encuentro con la prensa de la víspera del fallo del Premio Planeta, el presidente del grupo, José Manuel Lara, quien negó rotundamente que el premio esté decidido de antemano.
En nombre del jurado, Carlos Pujol señaló que en la presente edición hay “una variedad de registros: desde novelas históricas, que es uno de los géneros de mayor auge, sobre la Guerra Civil y la posguerra; temas eternos como las crónicas familiares; obras que tratan problemas de actualidad, e incluso una de ellas previene del peligro de navegar por Internet y tratar de buscar en la red una pareja”.
También hay temas como el de los inmigrantes, el peligro atómico, novelas de intriga, de aventuras, policíacas, alguna muestra de ciencia-ficción o de fantasía al estilo de Borges, novelas de judíos y nazis, de amor, psicológicas, por lo que “el jurado podrá elegir entre una gama variadísima de temas, en general de un nivel muy alto”.
En su intervención, Lara también se refirió a la crisis y aseguró que en un año tan complicado en el mundo de la economía, hay que celebrar que el mundo del libro “es de los menos afectados”.
El presidente de Planeta se refirió también al excesivo número de libros que se editan en España cada año, “el eterno tema y problema del mundo del libro, pero es difícil saber cuáles tendrían que suprimirse: los de poca difusión, los de menor calidad (¿quién lo decide?) o los de menos público (eso sólo lo decide el lector cuando el libro está publicado)”
“Cualquier editor -apuntó Lara- es bueno para decidir los libros que debe publicar el año pasado, pero le resulta difícil saber los que tiene que publicar el año siguiente”.
El tema que debe preocuparnos, a su juicio, es encontrar el sistema para que todo el mundo se pueda enterar de todo lo que se publique, en paralelo al respeto a la propiedad intelectual.
“Sigo prefiriendo editar algo más de lo que tocaría, que no dejar fuera algún libro”, concluyó.
Lara opina que el fenómeno del libro electrónico “no será tan rápido como se anuncia, sino que será generacional”.