El ministro de Salud, Julio Mazzoleni, destituyó ayer al doctor Jorge Rodas del cargo de superintendente de Salud. La medida obedece a las acciones tomadas con relación a la clausura del servicio de internación de pasillo en el Hospital Central en el Instituto de Previsión Social (IPS) y la exigencia del cierre temporal de los servicios de Urgencias Adulto y Pediátrico del Hospital Barrio Obrero.
El ministro de Salud pidió la renuncia a través de un mensaje de WhatsApp. El doctor Jorge Rodas no renunció, pero puso su cargo a disposición a la mañana. En horas de la tarde fue destituido.
El representante de la cartera sanitaria, en un comunicado, admitió las deficiencias en los servicios de salud, pero que hay acciones que deben tomarse de manera gradual en los hospitales públicos para que los paraguayos tengan una salud digna.
“Lo que no podemos hacer es tomar decisiones apresuradas que limiten la capacidad de los servicios que presta el sistema de salud, que en vez de ser soluciones terminan siendo un mayor problema”, dice el documento.
En ese sentido, se señala que pese al pedido de un plan de acción de mejora gradual, el ex funcionario solicitó la declaración de emergencia en Asunción y Central con cierre de servicios, construcción de un hospital nuevo en Misiones y el cierre del pasillo del IPS, pese a la firma de un acta con 90 días de plazo para que terminen la nueva sala con 60 camas en el pabellón 3. (Ver info).
ANTECEDENTES. La pulseada siguió con el caso del Hospital Barrio Obrero, cuyo informe de la auditoría médica y contable recomendó la clausura temporal de los servicios de Urgencia. El ex superintendente de Salud considera que esto sumó para su destitución, porque en este centro médico fue director por muchos años el actual viceministro de Salud, Julio Rolón. “Es una suma de cosas. Pregunte un poco: ¿qué fue la recomendación que hizo la Superintendencia (de Salud) en Barrio Obrero, donde fue el viceministro de Salud director por mucho tiempo?”.
La auditoría de Barrio Obrero reveló que existe “un hacinamiento en los servicios de Urgencias de Adultos y Pediátricos, goteras, falta de limpieza por no contar con personal, que no cumplen con las normas establecidas para su funcionamiento, quebrantan los principios de bioseguridad y ponen en riesgo a las personas”, dice un informe de la Superintendencia de Salud del pasado 15 de octubre.
Algunos apoyan al ex superintendente, otros critican la exigencia de cierre de servicios. La ex ministra de Salud Esperanza Martínez consideró que no se puede prohibir atender a pacientes aunque sea en condiciones precarias.