Al-Ásad huyó a Rusia ante el avance fulgurante de una coalición de rebeldes liderados por la organización islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS), que tomó la capital el domingo y puso fin a más de cinco décadas de gobierno de la dinastía fundada por el padre de Bashar, Hafez al-Ásad.
Siria llevaba sumida en una guerra civil desde 2011, cuando el gobierno de Al-Ásad reprimió de forma feroz una ola de protestas pacíficas, lo que derivó en un conflicto que dejó 500.000 muertos y obligó a la mitad de la población a huir de sus hogares.
Al Jolani se entrevistó con el ex primer ministro Mohamed al Jalali “para coordinar un traspaso del poder que garantice el suministro de los servicios” a la población, indicaron los rebeldes en un comunicado.
El partido Baaz, del presidente derrocado, subrayó que apoya una transición “para defender la unidad del país”.
BUSCAN A PRISIONEROS. El gobierno que Ásad heredó de su padre Hafez creó un complejo de prisiones usado para reprimir cualquier disidencia al partido gobernante.
Miles de personas se reunieron el lunes frente a la cárcel de Saydnaya, un símbolo de las atrocidades cometidas en las últimas décadas, para buscar a sus familiares, muchos de los cuales estuvieron años en este recinto en las afueras de Damasco.
Los Cascos Blancos, una red de socorristas que durante el conflicto operaron en las zonas controladas por los rebeldes, informaron que buscan a prisioneros atrapados en escondites y sótanos.
Aida Taha, de 65 años, contó que recorrió las calles “como una loca” en busca de su hermano, detenido en 2012.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), una oenegé con sede en Reino Unido que monitorea el conflicto, estimó el domingo que al menos 910 personas, entre ellas 138 civiles, murieron desde el inicio de la ofensiva de los rebeldes el 27 de noviembre.
DEBILIDAD DE RUSIA E IRÁN. Según los expertos, el gobierno de Al-Ásad no pudo sostenerse sin el apoyo de sus aliados, ya que su principal respaldo, Rusia, está centrado en Ucrania, e Irán y el movimiento libanés Hezbolá están desgastados por sus enfrentamientos con Israel.
CELEBRACIONES. El Parlamento de Siria afirmó este lunes que va a “aceptar la voluntad del pueblo” y en la Plaza de los Omeyas de Damasco muchas personas se congregaron desde temprano para celebrar. Con la caída de Al-Ásad, Austria, Alemania, Bélgica, Suecia, Dinamarca, Noruega, Suiza y Reino Unido anunciaron que suspenderán las decisiones pendientes sobre solicitudes de asilo de ciudadanos sirios.
Por su parte, Israel, que comparte frontera con Siria, envió tropas a una zona tampón en el este de los Altos del Golán anexionados, en lo que el canciller Gideon Saar describió como una acción “limitada y temporal” por “razones de seguridad”.