El delgado hilo de agua de este contaminado recurso hídrico se abre paso a duras penas entre todo tipo de desechos y materias en descomposición, en una situación que genera malos olores que tornan insalubre la permanencia en la zona, incluso en las viviendas.
Los vecinos de la zona reclaman el envío de trabajadores de la Comuna capitalina para sacar los desperdicios que se trancan entre arena y otros sedimentos.
Ramón Silva, poblador del lugar, indicó que este panorama no es nuevo y que la institución comunal no la desconoce y aún así deja de realizar su tarea en tiempo y forma para salvar este bien natural.
El intendente asunceno Mario Ferreiro reconoció días pasados el déficit existente en materia de limpieza de los arroyos que corren por diferentes puntos de la capital. “Nos duelen nuestros arroyos por la alta contaminación en la que están”, expresó el jefe comunal.