18 feb. 2025

Tiene razón, presidente

Arnaldo Alegre

Tiene razón, presidente. Se podría vivir mejor sin los periodistas. Pero sin los periodistas que venden su conciencia al patrón de turno, que cometen sicariato periodístico sembrando desinformación de manera torpe y alevosa, y que son mercenarios con delirios de grandeza que creen que su persona es más importante que la profesión que abrazaron.

Para ser sincero, presidente, a los buenos periodistas no les molesta su persona. Lo que sí les molesta a estos y a los ciudadanos de bien, es que para llegar a la presidencia y mantenerse en ella, usted cometió todo tipo de atracos institucionales. Ya es su problema que quiera escuchar solo alabanzas y que las críticas las considere como vulgares afrentas. No todos son sus empleados. El país no es su empresa. Entienda: Usted administra un bien público que está sujeto al escrutinio ciudadano y uno de los brazos de ese escrutinio es la prensa.

Los buenos periodistas reconocen lo positivo de su gestión, y con conocimiento de causa y con probidad profesional lo expresan en el espacio que les toca.

Lo que se cuestiona son algunas de sus decisiones presidenciales y los rasgos de su personalidad que hacen temer un reflorecimiento del autoritarismo, tara sempiterna de la cual aún no logra deshacerse nuestra sociedad.

Si usted sabe, presidente, quiénes son los periodistas vendidos, dígalo. No tenga miedo. La mayoría de los periodistas honestos no temen sus amenazas ni sus desplantes de rey de opereta.

Además, usted sabe lo que es comprar conciencia porque técnicamente compró su candidatura a la presidencia de la República. Señor presidente, no todos los periodistas se rinden al peso de sus millones de guaraníes.

Hay periodistas que piensan más allá de los intereses del grupo al que pertenecen. No se deje engañar por sus métodos como propietario en las sombras de grupos de comunicación. Hay personas que no venden su conciencia. Entiéndalo.

No es que se hagan los importantes, solamente aman con todo su corazón una profesión fascinante como la nuestra que pide una equidistancia para apreciar mejor las situaciones. En donde debe estar en claro la diferencia entre opinión e información.

Los medios de prensa en el Paraguay tienen graves falencias. Hay patrones que se creen dueños de los hechos y manipulan. Por cierto, lo hacen de mejor manera que algunos de sus periodistas.

Sin embargo, los errores de los medios de comunicación no se resuelven con amenazas de compradito de feria.