“Hay mucha gente que vive en casas pequeñas, en modestas viviendas, pero no tiene la propiedad. Vive ahí clandestinamente. Vamos a lanzar un plan que va a regularizar toda y cualquier propiedad en todas las ciudades brasileñas”, dijo Temer en el programa de radio pública La Voz de Brasil.
En el marco de ese plan, Temer anunció también que se va a ofrecer un crédito con un límite de 5.000 reales (unos 1.500 dólares) por familia para fomentar que los propietarios realicen “reformas” en las casas.
Uno de los objetivos de esa medida, según Temer, es crear empleo en el sector de construcción civil y, por extensión, estimular la economía, que atraviesa una honda recesión.
En las últimas décadas, diferentes gobiernos nacionales y regionales han puesto en marcha planes para legalizar la propiedad de las tierras ocupadas de forma irregular para la construcción de las favelas, pero ningún programa ha solucionado el problema a escala nacional.
El nuevo plan, según las palabras de Temer, no se circunscribirá solo a las viviendas de los más pobres, sino también a los terrenos ocupados ilegalmente por los ricos.
La invasión de tierras públicas por parte de especuladores inmobiliarios ha sido un fenómeno especialmente acentuado en Brasilia, la capital que fue construida en 1960 en medio de la sabana del centro del país y donde ahora viven cerca de 2,5 millones de habitantes.
