Por tal motivo, envió un pedido de informe a la ANDE para saber cuánto le costará al Paraguay el acuerdo presentado, teniendo en cuenta el crecimiento de la demanda eléctrica y la generación de Itaipú. También consultó cuánto le hubiera costado al país la energía si no se hubiese aprobado en esta ocasión el cronograma y pidió la realización de una comparación con la contratación actual.
Además, indagó por qué la ANDE renunció a defender su acceso al 50% de la energía barata, la adicional a la garantizada, vinculando su contratación con la potencia contratada. Otro requerimiento fue por qué se aceptó ceder a costo cero la energía producida por la reducción del embalse de Itaipú.
Para Canese, es preocupante la situación en la que queda ahora Paraguay para revisar el Anexo C de Itaipú en el 2023 a partir de este acuerdo. Aseguró que en este último convenio obtuvo perjuicios, y hasta comparó que el instrumento es prácticamente lo mismo que el acta bilateral, firmada en mayo pasado por las cancillerías.
PARAGUAY ES VARIABLE. Juan Encina, asesor de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) coincidió en que la contratación de potencia anticipada no resulta muy conveniente para el sistema energético paraguayo, dado que sus requerimientos de consumo son muy variables y se tenían que haber coordinado todas las fuentes a disposición.
Dijo que, al analizar el documento firmado con Eletrobras solo se confirma que la ANDE seguirá dependiendo en demasía de Itaipú, siendo que el próximo 27 de diciembre la central de Yacyretá ya podrá entregarle más energía a la empresa pública, tras la adecuación de la línea de 500 kilovoltios (kV) hasta Villa Hayes. A criterio del técnico, se contrató la potencia a un valor muy alto y podría afectar a las finanzas de la ANDE a largo plazo.